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Martes 12 de Enero Valencia, Madrid ,camino de Atenas

Miercoles 13 de Enero Atenas, Camino de Itea

Jueves 14 de Enero Termopilas, camino de Kalambaka

Viernes 15 de Enero Meteoros, Vergina, camino de Tesalonica

Sabado 16 de Enero Tesalonica, Amfipolis, Filippo, Kavala, Tesalonica

Domigo 17 de Enero Meteora, camino de Atenas

Lunes 18 de Enero Atenas, Corinto, Micenas, Atenas

Martes 19 de Enero, Atenas, camino de Madrid y Valencia

 

 

 

 


Martes 12 de Enero de 2010. Valencia-Madrid-Atenas.

 

 
Madrugamos , cerramos todo y nos encontramos en el rellano con Amparo y Luis.
Bajamos las maletas y ya nos está esperando el taxi para llevarnos al aeropuerto. Al llegar nos encontramos con la mayoría del grupo que hemos de partir de Valencia. Al poquito llegan los que faltan, ya estamos los 13 y facturamos el equipaje. Fernando, de la agencia, nos acompaña a pasar el control de pasaportes. Nos dirigimos a la cafetería a tomar un café para ver si nos despejamos. Nos encontramos con Juanito que se marcha a Oporto. Al poco nos volvemos a encontrar con Fernando, ya que su vuelo había sido retrasado.
A su hora nos llaman y embarcamos hacia Madrid despegando a las 8.50. Llegamos a Barajas  y lo primero que hacemos es mirar en las pantallas para saber la puerta de embarque. Nuestra sorpresa es que nuestro vuelo a Atenas está retrasado hasta la tarde y nos remiten a la ventanilla de Iberia. Allí nos dirigimos y nos dan un vale por la comida en un restaurante de la terminal. Nos hemos encontrado con los otros cuatro que se incorporaban al grupo en Madrid. Así es que, ante la cantidad de horas que nos quedan por delante, nos lo tomamos con calma. Lo primero es almorzar. Luego nos dedicamos a charlar, recorrer las tiendas. A las dos nos reunimos todos en el restaurante Ars, comemos y tomamos café. Hacemos sobremesa.
El grupo está formado por cuatro matrimonios: Amparo y Luis, Dulce y Vicente, Paqui y Félix, Mª Cruz y Amadeo, una señora encantadora, Mª Carmen con su sobrina Celia, y los religiosos Miguel, Antonio, José Daniel, Salvador, José Luis, Alberto y José Manuel.
 Como siempre el mundo es un pañuelo. El hermano Miguel, que es franciscano, conoce a otro que yo conocí cuando tenía 13 años. Además es un apasionado de la informática, con lo que tiene un aliado en el grupo para intercambiar proezas que es Vicente.  Luego volvemos a recorrer el aeropuerto y sus tiendas. A las seis nos acercamos a la puerta de embarque y vemos que hay otro retraso. Vicente y Luis van a la oficina de Iberia a pedir explicaciones. Al final embarcamos hacia las 7 y despegamos a las 7.40 de la tarde. El avión va lleno. Lo que han hecho es que han unido los pasajes del vuelo de ayer, el de esta mañana y el de esta tarde y así se han ahorrado dos vuelos medio vacíos.
El comandante se disculpa y nos ofrece todos los datos del vuelo, intentando recuperar en el trayecto parte del tiempo perdido. Nos dan de cenar fatal y al final llegamos a Atenas a la 11.10, hora local, ya que allí es una hora más tarde que en España. Recogemos las maletas y ¡ oh la lá! la maleta de Luis no aparece . Vicente se va con Luis y Amparo a la ventanilla de reclamaciones y averiguan que la maleta se ha quedado en Madrid y que hasta la noche siguiente no llegará a Atenas. Por eso le dan un neceser de lo más necesario en una situación así.
 A la salida nos está esperando Heleni, la responsable de la agencia en Atenas, que ya sabía todo lo ocurrido por las llamadas que Vicente había hecho a la agencia previamente  para notificarles los retrasos.
Subimos las maletas al bus y nos llevan a dormir a Atenas. Por las demoras han tenido que variar el recorrido y al ser tan tarde, casi la una de la madrugada, es imposible seguir viaje a Delfos. En el Hotel Stanley, que se encuentra en el mismo centro de Atenas, nos esperan para cenar. Dejamos los equipajes en las habitaciones y subimos a la última planta a cenar en el restaurante de la terraza. Se ve de frente la Acrópolis iluminada.
El cansancio nos puede y nos vamos enseguida a dormir cuando ya son las dos de la mañana.
A pesar del día tan cansado tenemos que madrugar.
 
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Miércoles 13 de Enero de 2010. Acrópolis-Ossios Lukas-Itea.

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Atica. Grecia Continental 2010.
 

 

Bajamos a desayunar a las 8 y a las 8.30 nos recibe en recepción Heleni para presentarnos a nuestra guía, Viki, que nos va a acompañar durante todo el viaje. El chófer se llama Odiseas Ulises.
Iniciamos el recorrido por las calles de Atenas y la guía nos va indicando las características de las calles y plazas por las que circulamos. La plaza principal de la capital es la de Sintagma, que significa “Constitución” de la que parte la avenida Venizelos. En sus alrededores hay numerosos Museos, el Parlamento, la Biblioteca Nacional, Universidades, Jardines y el céntrico y comercial Barrio de Plaka.
La primera visita que realizamos es al antiguo Estadio Olímpico  Panathinaikos en la Avenida Leoforos Arditou. El edificio que hoy vemos cubierto de mármol procedente del Monte Penteli, es una reconstrucción exacta del clásico estadio griego,  ya que en este mismo lugar se encontraba un estadio antiguo empezado por Licurgo en el año 330 a. C. y terminado por Herodes Ático en el 140 d.C. Esta reconstrucción se logró gracias a los donativos del mecenas Georgios Averoff a petición del Príncipe Constantino con el fin de celebrar en él los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna en 1896. En este gran evento promocionado por Pierre de Coubertin participaron 13 países y 280 atletas.
Continuamos la ruta hacia la Acrópolis. Bajamos del autobús y antes de entrar al recinto nos hace Viki una explicación de los que vamos a ver.
La Acrópolis se encuentra sobre la cresta de una formación calcárea de unos 150 metros de altura  y ocupa una extensión de 40 Ha. Desde tiempo inmemorial, unos 3000  años a.C.,  ha sido tanto residencia de reyes hasta el siglo XI a.C. y a partir de entonces los edificios se utilizaron como templos y otros inmuebles religiosos.
 Los primeros vestigios arquitectónicos que podemos ver son los restos de la muralla micénica de 14 metros de espesor construida sobre el siglo XIII a. C.
Las leyendas jalonan la historia de la Acrópolis. La más importante es la guerra que sostuvieron los dioses Poseidón y Palas Athenea por conseguir el poder y ser dignos de ser el dios protector de la ciudad de Atenas y del Ática. Athenea ofreció una rama de olivo, como símbolo de la paz, mientras que Poseidón, por fastidiar, clavó su tridente en la tierra haciendo brotar  una fuente de agua salada. Athenea salió elegida como protectora al ser considerada diosa de la fecundidad.
Subimos las cuestas hasta el Propileo, entrada monumental en forma de letra “PI” dividida en tres partes. La parte central está formada por seis columnas dóricas. Tienen la característica de que el lado exterior es prácticamente recto y la parte interior curvo para dar un efecto óptico de paralelismo. El ala sur tiene tres columnas dóricas, que a su vez sirve de propileo al Templo de Niké. El ala norte es la mayor de todas y no se llegó a terminar. Era la pinacoteca con los cuadros de Polignoto.
Desde la escalinata, mirando hacia el exterior de la Acrópolis, a sus pies, se puede observar el Ágora que era el centro de la vida civil, administrativa y pública de la antigua Atenas. Además, pegado al pie de la colina se encuentra el Odeón, donado a la ciudad de Atenas por Herodes Ático en el año 161 d.C. en memoria de su esposa Ania Regila. A través de un pórtico se conecta con el Teatro de Dionisos Eleuterio fundado en 534 en honor de ese dios. Se establecieron entonces las Grandes Fiestas Dionisíacas.
Lo siguiente que vemos al atravesar el Propileo es el Partenón, en plena restauración.
En el siglo VI a. C. se construyó el templo de Athenea con ricos materiales, patrocinado por Pisistrates y sus hijos. En el año 480 a. C. los persas a las órdenes de Jerjes después de ganar las batallas de Maratón y las Termópilas, arrasó Atenas y todo lo que encontró a su paso.
Pasado un tiempo Temístocles comenzó a reconstruir las murallas de la Acrópolis y Cimón continuó la muralla recta que aún persiste. Pericles en el siglo IV a. C. dejó 30 años sin reconstruir el Partenón como homenaje para no olvidar el sacrilegio ejecutado por los persas. Durante la edad de Oro en el siglo de Pericles, se iniciaron las obras con todo el esplendor del Partenón, el Erecteion, el Templo de Atenea Niké y los Propileos.
El edificio del Partenón es de mármol pentélico, y consta de 8 columnas dóricas en su frente y trasera y 16 columnas en los laterales, en total 48 columnas. Se construyó entre los años 477 y 432 a. C. dirigido por los arquitectos Ictinos y Kalicatres.  Todo el edificio tiene unas proporciones basadas en el Número Áureo.
Tiene 92 metopas con frisos sobre los arquitrabes y dos enormes frontones con escenas del nacimiento de Athenea y la lucha entre Athenea y Poseidón. Las esculturas salieron de la mano del gran escultor Fidias.  En su interior albergaba la enorme estatua de marfil y oro macizo de la diosa Athenea esculpida por Fidias, que tenía la particularidad de que estaba ensamblada por piezas para poder desmontarla.
Las vicisitudes vividas por este edificio han sido siempre nefastas. Tras ser Grecia conquistada por los romanos sufrió el expolio de muchos elementos llevados a Constantinopla.
En el siglo VI d.C. fue convertida en una iglesia cristiana.
En 1687, los otomanos y venecianos la convirtieron en un polvorín y  una granada veneciana lanzada desde una colina cercana cayó en el centro del edificio, destruyendo el techo y dañó grandemente el edificio. También la convirtieron en mezquita  con su correspondiente alminar.
Con el permiso de los otomanos el embajador inglés, Lord Elgin, se fue llevando durante 10 años la mayoría de los grupos escultóricos  del Partenón, llevándoselo en cajas a Inglaterra para decorar su casa. Pero el Gobierno Británico después de disputas se lo quedó todo por una cantidad irrisoria y lo instaló en el Museo Británico. Le hizo firmar a los otomanos un documento de compra de lo que se habían llevado.
A raíz de la Guerra de la Independencia de Grecia se comenzó un rosario de restauraciones que no le hicieron ningún bien al edificio. A esto se le une el mal de la piedra por la gran contaminación de Atenas, el trepidar de los aviones, que ahora han desviado su ruta para no pasar por encima y la erosión de la inconmensurable presencia humana de turistas.
Con motivo de la Olimpiada de 2004 celebrada en Atenas y con la colaboración de la Unesco se está trabajando duro para recuperar el aspecto del edificio con las últimas tecnologías.
Seguimos y un poco más arriba de la colina a la izquierda nos encontramos con el Templo de las Cariátides o Erecteión. Es la obra maestra del arte jónico. Fue construido entre los años 421 y 395 a. C. según los trazados del arquitecto Filocles adaptándolo a la planta del edifico antiguo que existía en ese lugar y alrededor del olivo sagrado de Athenea.  Su construcción es muy complicada para salvar los desniveles del terreno. Se reedificó a principios del siglo XX reuniendo las piezas que estaban esparcidas por el suelo. El nombre de Erecteion proviene del rey Erecteo , héroe micénico que murió a manos de Poseidón. Su tumba está en la parte occidental del edificio. Lo más famoso es el Pórtico de las Cariátides, una pequeña terraza bordeada por seis columnas con forma de mujer de 2.30 metros de altura. Son Korais vestidas con el peplo jónico, obras de discípulos de Fidias y todas ellas miran hacia el Partenón y la Vía Sacra. Una de sus manos agarraba el peplo y en la otra ofrecían un objeto de culto que con el tiempo ha desaparecido. Sobre sus cabezas llevan un cesto que hace de capitel.
Lo que hoy vemos son copias, ya que las originales se encuentran 5 de ellas en el Museo de la Acrópolis y otra en el Museo Británico con alguna parte más del templo.
En la parte más oriental del recinto se encuentra la Terraza o Mirador de Belvedere, donde ondea la bandera nacional de Grecia. Se construyó en el siglo XIX sobre la base de una torre turca. Desde aquí se divisa una magnífica panorámica del Barrio de Plaka.
Aprovechamos el lugar, con el Partenón de fondo, para hacernos unas fotos y mandárselas a Dani y a Ricardo para hacerles los dientes largos...
La guía nos da media hora para recorrer con libertad el recinto y quien quiera puede ir al Areópago, para ver donde predicó San Pablo.
Subimos al bus que nos lleva al hotel donde comemos y salimos rápido en dirección a Itea. Por el camino paramos a tomar algo y pasar a los servicios, antes de llegar al Monasterio de Ossios Lukas. Se encuentra en un rincón de un silencioso paraje rodeado de olivos que cubren las pendientes del Monte Helikón. Se construyó en la primera mitad del siglo XI sobre la tumba del ermitaño Lukas de Stiris. Cuando en  946  tenía 49 años se estableció en este lugar. Se edificó una celda, una pequeña iglesia con forma de cruz griega así como se cultivó una pequeña huerta. Su fama se extendió por los alrededores y muchos llegaron para seguirle en sus enseñanzas. Con la ayuda de ellos y de donaciones se empezó a construir una cripta que el beato no llegó a ver terminada. Una de las tumbas es la del Beato Lukas, enterrado por un discípulo de nombre Gregorio. Esto propició que miles de peregrinos acudían allí a solicitar milagros y curaciones.
Es el conjunto arquitectónico del arte bizantino más importante de Grecia  compuesto por varios edificios que contienen las celdas, con un campanario, un cenáculo y tres iglesias. La más antigua es la fundada por el Beato Lukas, que pronto se convirtió en lugar de peregrinación y se llama Iglesia de Santa Bárbara, hoy en día la cripta de la iglesia principal. Está decorada con frescos del siglo XI.
El segundo edificio sagrado es la pequeña Iglesia de la Virgen Theotokos (“Madre de Dios”) edificada en el 950 con planta de cruz griega. Está decorada con una serie de ricos frescos y decoraciones esculturales y cerámicas. Fue bombardeada y ha sido restaurada.
La Iglesia principal es el Katholikón construida por los años 1011 o 1042. Tiene espléndidos mosaicos sobre fondo dorado. Algunos mosaicos destruidos por un terremoto en 1593 fueron reemplazados por pinturas al fresco como en la cúpula central. Como toda iglesia ortodoxa consta de tres partes: nártex, naos  y santuario separado por el iconostasio, especie de separación colocado ante el altar que sirve para ocultar al oficiante cuando consagra de la vista de los fieles y portador de los iconos de Dios y de la Virgen. En esta iglesia el iconostasio es de mármol esculpido con los iconos de la Virgen Pantón Helpís (“Esperanza de todos”) y el Pantocrator, todo ello obra realizada en 1570 por el artista cretense Miguel Damaskinós.
El conjunto es precioso y lleno de rincones bellísimos. Tenemos la suerte de que estando allí comienza el toque de vísperas en una madera colgada de un arco y a continuación en una especie de herraduras con campanitas, también colgadas de un arco, que un monje toca con un martillo de una forma muy especial. Luego suenan las campanas del campanario y entramos en la Iglesia principal a escuchar parte del rito de las vísperas. Es diferente a los ritos católicos, con muchas lecturas cantadas.
Volvemos al bus y nos dirigimos a Itea, localidad turística al borde del mar, en el centro de un pequeño golfo. Nos dirigimos al Hotel Nafsika Palace,  que está totalmente reformado y son muy amables. Subimos a las habitaciones para descansar un poco y bajamos a tomar algo antes de cenar y ver las instalaciones del hotel. Nos dan de cenar muy bien y luego hacemos un ratito de sobremesa. Es curioso que en todos lados vemos aun colocados los adornos de Navidad y te desean durante todo el mes de Enero que tengas un feliz año nuevo. Nos acostamos para coger fuerzas.

 
 
 
 

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Jueves 14 de Enero de 2010. Delfos-Termópilas-Kalambaka.

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Grecia Central. Grecia Continental 2010.
 

Bajamos a desayunar a las 8 con un pan casero recién hecho excelente y a las 8.30 emprendemos la excursión del día. Está chispeando un poco y las montañas que rodean al hotel están ligeramente nevadas en sus cimas. Desde el balcón terraza de la habitación se ve un puerto pequeño muy bonito.
Nos dirigimos hacia Delfos. Vamos subiendo por una carretera hacia el Monte Parnaso. Desde las alturas se ve un inmenso valle totalmente cubierto de olivos que llegan hasta el mar. La capital de esta zona se llama Amfissa. Por el camino hacemos unas lecturas relativas a San Pablo con cantos y oraciones.
Llegamos a Delfos y Vicente hace el primer tramo del recorrido, hasta donde nos paramos para que Viki nos haga la explicación primera del lugar.
Delfos ya era un lugar sagrado desde la época micénica, unos 14 siglos a. C. A unos 600 metros de altitud nos encontramos con el santuario dedicado al dios Apolo.
Se cuenta que la fundación del santuario se debe a una grieta en la roca de la que salían vapores capaces de dar el don de la profecía. En principio se creó en torno al peñasco sagrado un primitivo oráculo dedicado a la diosa Gea (Tierra) con la que tiene estrecha relación la sagrada piedra cónica que los griegos llaman “omphalos” (ombligo), refiriéndose al papel de Delfos como ombligo del mundo. Ligada a Gea se encuentra la serpiente Pitón, primera guardiana y sacerdotisa de la sagrada roca, que fue matada a flechazos por Apolo para apoderarse del santuario. La misión de predecir pasó entonces a una sacerdotisa consagrada a Apolo, la “Phytia” (o pitonisa), que bebiendo del agua de la fuente Casotis y masticando hojas de laurel caía en éxtasis y daba a quienes le hacían preguntas de todo tipo, respuestas sibilinas que luego eran interpretadas por los sacerdotes.
Entramos en el recinto iniciando el recorrido a través de la vía Sacra que nos lleva primero al Ágora romana, franqueada por pórticos de estilo jónico, con los restos de tiendas. Los agradecidos por el oráculo ofrecían estatuas y pequeños edificios, llamados Tesoros, para expresar la grandeza de quien recibía el oráculo. En la subida al templo pasamos por el muro construido con piedras poligonales, perfectamente encajadas, cuya superficie está cubierta de más de 800 inscripciones que se han podido traducir todas, ya que están escritas en griego clásico, tan parecido al actual y con el mismo alfabeto.
Como culmen del santuario nos encontramos con los restos del Templo de Apolo y cuya antigüedad se remonta al siglo IV a.C., fue financiada su construcción por todas las ciudades de Grecia. Desde él se daban los oráculos.
Un poco más hacia arriba nos encontramos con el Teatro, con una capacidad de 5000 espectadores, cuna del inicio del teatro en Grecia. Fue reconstruido en el siglo II a.C. por el rey Eumenes II de Pérgamo.
Al estadio no pudimos subir por estar el camino cortado por derrumbes.
Tras hacer un montón de fotografías nos dirigimos al Museo de Delfos, un edificio nuevo y espectacular, donde nos espera Vicente.
Pasamos a los servicios, tomamos algo y visitamos el Museo que está especialmente caliente el ambiente.
Lo primero en que nos paramos es en un cuadro donde se reproduce gráficamente lo que suponen que fue el santuario en su época de esplendor.
Lo siguiente que nos llama la atención es una reproducción de mármol de la famosa piedra ombligo, el Omphalos. Luego vemos la sala de los escudos de bronce decorados.
Otra sala espectacular es la que contiene dos estatuas de dos atletas gemelos, los Kouroi, con todos los detalles de sus peinados, obras de Polimedes de Argos.
La Sala del Toro alberga tesoros de oro, joyas de adorno como diademas, coronas pendientes, y los restos de una estatua de un toro de base de madera forrado de láminas de plata y oro, clavadas a su vez con clavos de plata.
La sala del Tesoro de los Sifnios contiene frisos y frontones de gran valor escultórico con la gran escultura de la esfinge de los Naxios y la hermosa cabeza de otra cariátide.
En otras salas podemos ver mosaicos de gran belleza, la estatua de mármol blanco de Antinoo, del siglo II, el bellísimo plato de cerámica de fondo blanco y figuras pintadas en negro, y como colofón, el Auriga , escultura realizada en bronce, que representa a un auriga  que formaba parte de una cuadriga. Fue ofrecida por Polizalo, príncipe griego de Sicilia después de sus victoria en los Juegos Délficos.
Salimos del Museo y con el bus llegamos enseguida a la Fuente de Castalia, donde bebemos un agua fresca de montaña. A los pies de la curva vemos los restos de la Palestra, lugar donde se entrenaban los atletas para prepararse para los Juegos Délficos.
Continuamos viaje y vamos subiendo por una carretera a los pies del Monte Parnaso nevado. Llegamos a los 1100 metros de altitud y cruzamos un precioso pueblo, llamado Arájova, colgado de la ladera de la montaña, con una estrechísima calle que lo atraviesa. Está plagado de tiendas, restaurantes y cafés, ya que tiene un gran número de infraestructuras  turísticas debido a la proximidad de una estación de esquí. Poco más delante de la salida del pueblo paramos para ver que está colgado de la montaña, parecido a Bocairente, además de que es muy grande y activo.
Paramos en la carretera en un restaurante tipo chalet alpino. Nos dan excepcionalmente bien de comer. Todo es casero y son muy amables.
Tras comer y descansar un poco seguimos la ruta. Nos paramos en un monumento moderno conmemorativo de la Batalla de la Termópilas. Atravesamos una zona de aguas sulfurosas, con el consiguiente olor y humos de las torrenteras.
Continuamos viaje cruzando la llanura de Tesalia destinada a la agricultura. Antes de la guerra se cultivaba en ella cereales, pero tras la 2ª Guerra Mundial, se introdujeron los regadíos gota a gota y se cambio el cultivo por el algodón. Ahora ya no es rentable y se están volviendo a cambiar los cultivos.
Paramos más adelante a descansar un poco.
Al llegar a Kalambaka nos acercamos a la estación de autobuses para recoger la maleta de Luis, que afortunadamente ha llegado y en buenas condiciones.
Sobre las 7.30 llegamos al Hotel Meteora. Es un edificio espectacular con espacios enormes abiertos, con techo de madera. Una vez  repartidas las habitaciones subimos a descansar. Las habitaciones están frente a los Meteoros, que en su parte superior se encuentran los afamados monasterios, que al ser de noche están iluminados y tienen un aspecto espectral.
La palabra “Metéoros” significa en griego  “elevado, en el aire”. Es perfecta la definición para este grupo de gigantescas rocas que casi forman un bosque pétreo que sobresalen de la llanura de Tesalia. Su formación se piensa que se debió a que por aquí pasaba un gran rio que desembocaba en el Mar Tesálico, que en aquella época entraba más en la tierra. Pero al cambiar su curso el rio por encontrar una salida al Mar Egeo, el macizo se hundió debido a la erosión y a los terremotos y se formó este paisaje lunar. La formación rocosa es un conglomerado de piedras y cantos rodados unidas por tierra caliza.
Durante el siglo X d.C., se crearon pequeños brotes de eremitas que se refugiaban en estos recónditos lugares, en las múltiples cuevas que existen y en pequeñas chozas al pie de los peñascos. Los días festivos y los domingos se reunían en la iglesia de Santa Maria de la Fuente de Vida que aun existe. Entre 950 y 970 se fundó el primer atisbo de monasterio por el monje Barnabás. Este movimiento eremita declinó en el siglo XIV cuando el primer cenobita conocido  Atanasio fundó el  Monasterio el de la Transfiguración, sobre el gran Meteoro  y la primera orden monástica. Fue quien le dio nombre a este lugar.
Con la llegada de los turcos, durante los dos primeros siglos de ocupación no hubo problemas ya que los monasterios pagaban los impuestos que los turcos habían establecido. Pero en 1609 hubo en Larissa, una ciudad cercana, una gran revuelta encabezada por San Dionisio el Filósofo, que al ser un hombre de iglesia los turcos se vengaron atacando los monasterios y edificios religiosos. Mataron a monjes, incendiaron iglesias, secuestraron a abades....Pero los monjes nunca se rindieron y siempre han defendido la identidad griega en todas las contiendas.
Tras hacer unas fotos bajamos a cenar. Luis se queda en la habitación ya que no se encuentra muy bien.
Cenando nos llama la atención que el hijo del dueño, de siete años ya sabe y entiende inglés y está encantado de servir las mesas.
Después de cenar nos reunimos en el salón para charlar un rato.
Tras la sobremesa nos vamos a dormir.

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Viernes 15 de Enero de 2010. Meteoros-Vergina-Veria-Tesalónica.

 
 

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Tesalia. Grecia Continental 2010.
 
 

Nos levantamos y nos llevamos un despago al ver que los Meteoros están cubiertos por la niebla y está cayendo una ligera llovizna.
Al salir del hotel nos obsequian con unas cajitas de dulces caseros muy ricos que parecen polvorones. Nada más salir del hotel nos llevan a una fábrica-tienda de iconos. Al entrar nos recibe una chica rubia muy expresiva y nos da un número para una rifa.
A continuación rápidamente nos explica lo que hacen en la fábrica que son mayoritariamente iconos y su proceso de fabricación.
Un icono es un panel plano donde se representa la imagen bidimensional de la Virgen, Jesucristo, los Santos, los Ángeles o la Cruz. Esta representación se desarrolló con fuerza en el Imperio Bizantino con mayor ímpetu en Constantinopla, su capital.
Generalmente se pintaban en los monasterios. Cuando iban a iniciar la realización de un icono los pintores pedían la bendición, guardaban ayuno y oraban. Lo limpiaban todo para purificar el ambiente así como se ponían ropas limpias. Los hermanos del monasterio se levantaban temprano para la oración.
Se hacen sobre una base de madera que sea pobre en resina. Las preferencias son tilo y pino. La madera se corta al principio de la primavera, antes de llenarse de savia.
La dejaban secar cuanto más tiempo mejor. Si lleva años ya cortada y seca tiene más valor.
Se cortan las tablas con las fibras de arriba abajo. Por detrás, según el tamaño del icono que se va a realizar se colocan unas chapitas metálicas para evitar que la madera se combe.
En el centro se hacia un pequeño rebaje para luego dar la sensación de marco. A partir del siglo XVIII esto se consigue con las pinturas y sin concavidad.
Sobre su superficie se pega un tejido muy fino, a ser posible de tela ya muy gastada de lino. Si no se tenía se hervía varias veces un tejido de lino nuevo para ablandarlo. Luego se raspaba para tener mejor adhesión con un instrumento puntiagudo. Se ponía una base que era el Liefcas formado por tiza con cola de pescado. Se daban varias capas y se pulía con un diente de oso.
Una vez preparada la base se dibujaba el contorno con pincel en negro o bien se trazaba con una aguja. Lo que no es dibujo se doraba con pan de oro pegado con jugo de ajo. Se pulía otra vez con un diente de oso o de lobo.
El relleno del contorno se hacía con colores de origen mineral, tierras y piedras trituradas y disueltas con yema de huevo y un fermentado de centeno y malta mezclado con agua (como una levadura). Se iban aplicando las capas de pintura en un orden ya muy definido para conseguir el color de la piel de cara y manos.
Para acabar se pasaba una laca especial, llamada Olif, compuesta por aceites vegetales, para fijar el conjunto y dar profundidad a las imágenes y conducir a los colores a una unidad tonal. La pena es que con el tiempo tiende a oscurecer y ennegrece la superficie del icono, que cada 100 años se tenía que restaurar.
Hay iconos también que en vez de tener los contornos de las imágenes cubiertas de pan de oro, los hacen con repujado de plata con relieves rellenos por la parte de abajo con cera para moldear los arabescos requeridos.
Los muy baratos no llevan  más que una calcomanía pegada y lacada por encima.
Además nos explicó la chica que hacen cadenas de plata y de una aleación de oro y titanio con la famosa greca “griega” que no es más que la representación de los meandros de un río, el de la vida.
La tienda tiene otras muchas cosas como cerámica, bisutería, libros informativos turísticos, postales etc.
Los sacerdotes y Mª Carmen compraron muchos iconos y Vicente me regaló una gargantilla decorada con los meandros, de oro y titanio, preciosa.
Al volver al autobús le entregaron a Viki tres obsequios que más tarde rifamos entre todos. A nosotros nos tocó una serie de fotografías de los meteoros.
Continuamos y vamos ascendiendo a los Meteoros. Por las características del día elegimos uno en que el primer tramo es de bajar de forma cómoda por una escalera de madera a través de un espeso bosque y luego nos recoge el bus más hacia abajo.
En la historia de los Meteoros se podían contar 24 monasterios pero debido a guerras de poder por la distribución de las tierras, muchos se arruinaron y quedaron abandonados. Incluso fueron vendiendo sus tesoros para mantenerse, hasta que tuvieron que cerrarlos. En la actualidad se conservan habitados 5, muy restaurados y preciosos. Sólo uno está habitado por religiosas justo el que vamos a ver.
El que vamos a visitar es el Monasterio de Santa Roxana o Rousanos. Debe su nombre a su primer habitante que se llamaba Rousanos. Se reedificó sobre un antiguo monasterio en 1288. Luego fue establecido el Monasterio en 1380 por los monjes Nicodimos y Benedictos. En 1545 fue restaurado y terminado por los monjes Máximos y Iosaf de Ionanina.
Hasta 1897 los peregrinos subían hasta él por escalas de cuerdas. Más tarde, en 1930 se instalaron puentes de madera estables que unían el monasterio con la otra ladera.
Este monasterio se transformó en convento de religiosas a fines de 1639 cuando las firmes y estrictas normas que había establecido Atanasio, que excluían la presencia femenina, perdieron fuerza. Es una comunidad de gran vitalidad. Su estructura es similar a la de otros monasterios pero más pequeño.
Al entrar las señoras que no llevan abrigos largos se han de poner una falda que tienen en un cesto a la entrada. Los jardines que rodean al Monasterio son preciosos y perfectamente cuidados.
Nos asomamos a la terraza para contemplar el paisaje que se divisa desde allí, no muy claro por la niebla.
Luego pasamos al interior de la iglesia para observar los frescos que  cubren completamente las paredes con escenas cruentas de persecución a los mártires.
Acabada la visita pasamos a los servicios. El autobús nos espera abajo y hacemos fotos de las cimas de los meteoros, que se ven a través de la niebla que se está levantando un poco.
Bajando vemos con claridad las cuevas que ocupaban los eremitas.
Continuamos viaje y más adelante paramos a tomar algo y a descansar.
Llegamos a Vergina a visitar las tumbas de Filipo II de Macedonia, de su esposa Cleopatra y de su nieto, hijo de Alejandro Magno.
Este yacimiento arqueológico de Aigai se declaró Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996.
En esta zona había en la antigüedad una ciudad, Egas, capital de Macedonia, hasta que fue trasladada a Pella por el rey Aquelao.
En 1861 el arqueólogo francés Leon Heuzey comenzó a hacer las primeras excavaciones, encontrando palacios helenísticos con mosaicos. A lo largo de los años se han descubierto 51 tumbas que estaban profanadas.
En  1977 el arqueólogo griego Manolis Andrikos (1919-1992), siguiendo la intuición de Heuzey excavó el gran túmulo. Descubrió 2 tumbas con unas pinturas espectaculares que representaban el rapto de Persefone por Plutón conduciendo una cuadriga tirada por caballos.
La tumba más grande estaba intacta y se supone que era la del rey Filipo II de Macedonia y de su esposa Cleopatra, cosa que todavía no se ha refutado. Contenía un extenso y rico ajuar con vajillas de plata, objetos de bronce, marfil, madera y oro , restos de armaduras, escudos, espadas y adornos.
En su interior se encontraba un sarcófago de mármol y dentro dos arquetas de oro. La más grande contenía los huesos incinerados y colocados en posición fetal de un hombre con su corona funeraria de oro, decorada con hojas de roble y bellotas. La segunda arqueta contenía los huesos calcinados y también colocados en posición fetal de una mujer envueltos en un tejido de púrpura bellamente decorado, con su correspondiente corona funeraria decorada con flores, hojas, abejas y otra corona decorada con hojas de mirto, todas ellas de oro.
La otra tumba era la de su nieto, hijo de Alejandro Magno con todo su ajuar completo.
Las tumbas estaban excavadas en la roca, con una fachada decorada con frisos pintados al fresco, con una imponente puerta de mármol  franqueada por columnas, que daba acceso a un vestíbulo y una cámara sepulcral. En la parte superior de la tumba, al morir el que la iba a ocupar, se hacía una pira funeraria y cuando empezaba a quemarse la carne se apagaba. Por efecto del calor el esqueleto se encogía, por eso son pequeñas las arquetas. Una vez colocados los restos en las arquetas se introducían en la cámara sepulcral con todo su ajuar. Se cerraba la tumba y se recubría toda ella con  tierra, formando un túmulo.
Este descubrimiento se considera como el mayor hallazgo después del de la tumba de Tutankamon por Howard Carter y la de los guerreros de Sipán.
En un principio se trasladaron los tesoros al Museo de Tesalónica, pero se ha construido en el sitio de Vergina,  donde se encontró, un edificio sobre las tumbas imitando el túmulo original,  para exponer en directo e in situ tanto las fachadas de las tumbas como a su alrededor todo su contenido.
A la salida visitamos la tienda de recuerdos y nos dirigimos a un restaurante enfrente del Museo. Comemos muy bien, sobre todo un pan casero estupendo, el mejor, que ya es difícil, de lo que llevamos de viaje.
Después de comer seguimos hasta Veria, para ver el púlpito de San Pablo y los restos de la Vía Ignatia. Aquí podemos observar los restos del púlpito, que son tres escalones de mármol blanco,  donde predicó san Pablo, sobre el que se ha hecho un monumento. Por la calle de acceso al púlpito vemos restos de la Vía Ignatia, uno de los principales caminos de comunicación entre Oriente y Occidente que partía de Constantinopla, cruzaba el norte de Macedonia, los Balcanes y llegaba hasta Durazzo (hoy Albania), en la parte más occidental de Grecia. Atravesaba el Adriático y en Brindisi se unía a la Vía Apia hasta llegar a Roma. Su recorrido es de 800 Km. Se empezó a construir tres siglos a.C. bajo las órdenes del cónsul Ignatius. San Pablo, Silas y Timoteo siguieron esta ruta en sus viajes misioneros.
Seguimos camino a Tesalónica. Al entrar en la ciudad notamos una diferencia grande con respecto a Atenas. Es una ciudad bulliciosa y en pleno desarrollo. Es la segunda ciudad más grande y el segundo puerto de Grecia con 1 Millón de habitantes. Está en la Macedonia Central siendo su capital y se encuentra entre los golfos de Tesalónica y Estrimónico.  Ahora está plagada de obras, ya que están construyendo el metro y restaurando muchos monumentos.
El primer establecimiento que se conoce fue en 336 a.C. realizado por el rey Casandro y le puso el nombre de su esposa que era hermanastra de Alejandro Magno.
Aquí estuvo San Pablo predicando.
Hoy en día, reconstruida después del incendio de 1917 es la sede de una prestigiosa Universidad y un notable centro comercial.
En 1988 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tras la 1ª Guerra Balcánica en 1912, pasó a formar parte de Grecia, sentimiento que tiene toda Macedonia muy arraigado y que demuestran, con mucha honra, poniendo la bandera griega por todas partes.
Damos una vuelta con el bus por la ciudad, atravesando el largo Paseo Marítimo, pasando por delante de la Torre Blanca, de origen veneciano del siglo XV en las cercanías del puerto. También vemos el Arco de Galerio que formaba parte de una rotonda como mausoleo del emperador Galerio.
Observamos en la cima de la montaña los resto de la muralla imponente que tenía unas 60 torres defensivas, con varias puertas y una longitud de 8 Km. de los que se conservan la mitad.
También circulamos a los pies de la Torre OTE, torre de comunicaciones moderna con una cafetería en su cima que da vueltas con las mejores vistas de la ciudad.
Llegamos por fin al Hotel Capsis, para descansar o ir a pasear por las bulliciosas plazas llenas de cafés y restaurantes o ir de compras.
A las 9 bajamos a cenar y luego nos reunimos en la cafetería del hall a charlar y comentar cosas del viaje y de nuestras vivencias.
Al final nos subimos a dormir.

 
 
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Sábado 16 de Enero de 2010. Amfípolis-Filipos-Baptisterio de Lidia-Kavala-Tesalónica.

 
 

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Macedonia. Grecia Continental 2010.
 

Bandera de Macedonia Griega

 

Hoy sin tener que bajar las maletas, desayunamos y nos montamos en el bus.
Por el camino paramos frente al imponente León de Amfipolis. Es lo que queda de un enorme monumento de base de 10 x 10 metros con un alto pedestal sobre el que se erige un león. Las piedras que lo formaban están en el suelo ordenadas pero sin montar. Se piensa que fue erigido como conmemoración de uno de los generales de Alejandro Magno.
Seguimos por unas tierras cruzadas por varios ríos.
Paramos a descansar y las montañas que nos rodean están nevadas.
Por el camino el bus para en un cruce para que podamos fotografiar de cerca las casitas conmemorativas que hay por todo el país a los lados de la carretera para recordar accidentes que la mayoría de ellas son preciosas.
Llegamos a las ruinas de la antigua ciudad de Filipos. Vicente ve una parte y nos espera en el bus a la salida.
La ciudad originaria es una fundación del siglo VII a.C. del rey de Tasia con el nombre de Crenides. En el año 356 a.C. Filipo II se apoderó de ella y le dio su nombre.
Su idea era establecer una guarnición cerca de las minas de oro que se encontraban en el cercano Monte Pangeon. El oro lo necesitaba para acuñar monedas y fastidiar a los persas que tenían una moneda fuerte. La dotó de fortificaciones. Era un importante punto de paso para controlar mejor la zona. Hizo el saneamiento de las marismas y fue una ciudad autónoma con sus propias instituciones políticas. Los romanos la conquistaron en 167 a.C.
En el año 42 a. C. se produjo la batalla entre Marco Antonio y Octavio contra los republicanos Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino. La contienda la ganaron Antonio y Octavio.
En el año 31 a. C. el emperador Augusto le concede el privilegio de colonia Ius Italicum.


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Lo que hoy visitamos son las ruinas romanas de una gran ciudad con su foro, teatro, palestra y los restos de una basílica de época bizantina que quiso el arquitecto hacer una copia de santa Sofía, pero se  le cayó la cúpula y la abandonaron.
La tradición dice que entre estas piedras está la cárcel de san Pablo.
Observamos que está atravesada por la Vía Ignatia construida de tal forma que la parte central estaba más levantada para evacuar mejor el agua de la  lluvia y que las piedras llevaban previamente talladas unas guías con la medida de las ruedas de los carros para facilitar su paso. La circulación de la vía era al estilo inglés.
Tras la visita nos dirigimos al Baptisterio de Lidia. Al lado del rio hay una especie de altar para conmemorar el bautismo de la primera mujer europea llamada Lidia en el rio Gangas. Cerca de allí están terminando de decorar un baptisterio moderno, siguiendo la técnica de los mosaicos bizantinos.
Volvemos al bus y nos dirigimos a la ciudad de Kavala, segunda ciudad más importante de Macedonia, lugar donde San Pablo desembarcó en Europa.
Es una bonita ciudad con un importante puerto. Bajamos del bus y hace un aire frío que corta el aliento. En un restaurante del puerto nos quedamos a comer. Tras tomar un café en otro local nos volvemos con el bus a Tesalónica, parando antes por el camino a descansar.
Nos encontramos con la huelga de los agricultores que han cortado la autopista con sus tractores.
Llegamos a Tesalónica a las 5.30 y vamos a visitar la Basílica Catedral ortodoxa Griega de San Demetrio. Tiene 5 naves y es la más grande de Grecia. En 1913 se destruyó por un terremoto y  un posterior incendio. Se reconstruyó entre 1977 y 1985.
Visitamos el patio posterior para ir a los servicios y a las 6 comienzan las vísperas. Nos quedamos un tiempo para verlas.
Luego nos recoge el bus y nos deja a Vicente y a mi cerca del hotel. El resto va hasta una iglesia católica  para oficiar una misa.
A la hora de la cena nos reencontramos y nos quedamos charlando después un buen rato por grupos. La mala noticia es que han entrado a robar en la casa de Celia con el consiguiente disgusto para todos, especialmente para ella por la impotencia de no poder hacer nada.

 
     

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Domingo 17 de Enero de 2010. Meteora-Atenas

 

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Tesalia. Grecia Continental 2010.
 

Madrugamos y bajamos otra vez maletas. Después del desayuno salimos en dirección a Kalambaka. Por el camino hay un buen tramo de la carretera completamente nevado con un paisaje espectacularmente bonito. Paramos una media hora para reponer fuerzas y pasar a los servicios y llegamos a Meteora a las 11.30. Decidimos ver el Monasterio de Vaarlam. Subes muchos escalones pero son cómodos de subir ya que hay tramos cortos y rellanos para descansar. Está todo muy arreglado.
Este monasterio fue fundado sobre la ermita del anacoreta Vaarlam en torno al siglo XVI por los hermanos Nektarios y Teofanis. Su aspecto parece más bien una fortaleza y ocupa toda la superficie de la cima de uno de los meteoros  más imponentes. Se eleva a una altura de 373 metros sobre el suelo.
En su iglesia de Todos los Santos se pueden admirar estupendos frescos del periodo bizantino. Se distinguen claramente dos estilos completamente diferentes firmados por dos estupendos pintores: Frangos Kastelanos de Creta  y por Georgios de Tebas.
Las pinturas del nártex son estáticas con fondo negro, sin embargo las de la naos  tienen mucho movimiento, profusión de figuras con fondos de edificios y de paisajes.
Pasamos a ver el gran tonel de madera que se subió tabla a tabla y se ensambló aquí arriba con una capacidad de 12.000 litros para almacenar agua.
También vemos la red en forma de saco hecha con gruesas cuerdas en que se subían las cosas y las personas con un mecanismo rudimentario que se usaba para elevarlo. La ascensión duraba media hora de sufrimiento por el movimiento pendular y las revueltas que daba la red.
Hoy en día hay instalado una especie de montacargas con un motor eléctrico para subir las mercancías y productos de necesidad para la subsistencia del monasterio.
Tenemos media hora para hacer fotos, ver el pequeño Museo y visitar la tienda del Monasterio.
Bajamos al pueblo a comer, muy bien por cierto, en el Restaurante Bakxos, a los pies de los Meteoros y de frente a ellos.
A las 2.30 salimos rumbo a Atenas.
A mitad tarde paramos a descansar y nos encontramos con la carretera cortada por los cientos de tractores que están aparcados  en ella. Van bien organizados con unas instalaciones portátiles  bien comunicadas y con sitio para tomar cervezas y comer los huelguistas. Nos quedamos embobados con una enorme bandada de estorninos que cubren el cielo formando las más variadas formas.
Seguimos por un desvío y al querer incorporarnos a la autopista la encontramos cortada por la policía. Odiseas para el bus y baja toda decidida Viki a hablar con los policías para decirles que tenemos mucha prisa, ya que hemos de coger un avión. Nos dejan pasar y vamos circulando un buen tramo solos. Más adelante nos topamos con un piquete de tractores en medio de la autopista. Vuelve a bajar Viki y muy amablemente nos dejan pasar.
Salvados los obstáculos, nos dirigimos sin problemas hacia Atenas. Hay un poco de tráfico ya que es domingo y es la operación de retorno de un fin de semana.
Por fin llegamos al Hotel Stanley. Nos están esperando Heleni y Fernando, que ha venido de España. Nos reparten las habitaciones, subimos las maletas y a las 9.15 nos vamos a cenar al restaurante del piso superior. Estamos todos agotados. Ha sido un día muy largo, en que hemos hecho más de 600 Km. en el bus.
Tras charlar un ratito en el rellano de las habitaciones nos retiramos a dormir.

     

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Lunes 18 de Enero de 2010. Canal de Corinto-Corinto-Micenas-Atenas

 
 

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Peloponeso. Grecia Continental 2010
 
 

Después de desayunar salimos dirección a la Península del Peloponeso.
A la salida de Atenas pasamos al lado del Lago Kumunduru que es de agua dulce, a pesar de su cercanía con el mar. Durante el recorrido hacemos unas lecturas y luego Viki y después Fernando cogen el micro para contarnos muchas cosas de lo que vamos a ver hoy y de historias de la mitología.
Paramos al lado del Canal de Corinto. Lo primero que hacemos es acercarnos a ver la obra de ingeniería que separa el istmo de la península del Peloponeso y comunica el Mar Egeo con el Mar Jónico.
El Canal ya se pensó hacerlo en la época de la tiranía de Periandro, en el siglo VII a. C. Como era una obra muy costosa y técnicamente casi imposible entonces, se abandonó y se sustituyó por un sistema de arrastre de los barcos de un lado a otro del istmo a través de un camino empedrado. Fue llamado “diolkos”.
En la época romana con Julio César, Calígula y Nerón se proyectó e incluso se inició  su excavación pero se abandonó. Hasta 1883 no se iniciaron las obras finales de construcción. Bajo un trazado de Lesseps y dirigido el proyecto por Türr, se concluyó en 1893, año en que fue inaugurado. Evita un rodeo de 400 Km. bordeando toda la península del Peloponeso. El Canal tiene una longitud de 6.343 metros, 76 metros de altura, 23 metros de anchura y 8 metros de profundidad.
Hoy en día solo lo pueden atravesar barcos medianos y pequeños, pagando el consabido peaje.
Pasamos a la tienda a comprar pasas de Corinto y a tomar algo. Continuamos viaje por la región de la Argólida, camino de las ruinas de Corinto.
Lo que queda de la antigua ciudad de Corinto se encuentra a los pies de una roca natural de 575 metros de altura llamada Acrocorinto. En su tiempo de esplendor fue un enclave poderoso por controlar el istmo, alcanzando un gran poderío económico frente a sus rivales.
La leyenda dice que Sísifo fue el fundador de la ciudad por haber provocado la ira de Zeus.
Su rival como ciudad en el control de los mares fue Esparta, que le ganó la mano.
Fue ocupada por los macedonios, arrasada y humillada por los romanos y vuelta a reconstruir por los romanos en época de Julio César. Entonces volvió a ser una ciudad floreciente, lujosa y frívola.
Las excavaciones se iniciaron en 1886 por el Instituto Germánico y continuadas por la Escuela Arqueológica Griega y la Escuela Norteamericana.
Lo primero que visitamos es el Museo, donde podemos observar la evolución de la cerámica y sus épocas. La decoración nos da la clave. También hay mosaicos preciosos y bien conservados.
En una de las salas hay una vitrinas centrales que guardan un montón de piezas no de gran tamaño, pero si de indudable valor que fueron robadas por obra de esbirros pagados por un coleccionista y al cabo de los años aparecieron y volvieron al Museo.
Destacan también las dos estatuas-columnas procedentes de la fachada de la basílica romana.
Salimos al exterior y observamos el Ágora, el Templo de Apolo, la Vía de Lechaion que en su tiempo la unía con el antiguo puerto, bordeada de pórticos, tiendas y baños públicos. Cerca se encuentra la Fuente de Pirenne, de la que se dice que la formó con sus lágrimas por la muerte de su hijo.
También quedan restos de una Basílica romana y en el Ágora se encuentra la “bema”, que es un podio de mármol desde el que los funcionarios romanos dirigían sus arengas y desde el que predicó san Pablo.
Terminada la visita y en un rincón bajo un pino, con una piedra grande central y bancos de madera a su alrededor oficia una misa el hermano Miguel.
De allí nos dirigimos a Micenas.  Se encuentran las ruinas en la cima de un montículo en la parte más alta del Valle de Inaco. Es una fortaleza natural defendida por profundos barrancos y protegida por  los Montes Aghios Helias y Zara.
La historia de Micenas se mezcla con la Mitología griega. Según dicen fue fundada por Perseo, hijo de Zeus y Danae. Cuando el rey Euristeo muere tras ser derrotado por los Heráclidas, los micénicos eligen a Atreo como su nuevo soberano con el que se inician las trágicas historias de incestos, asesinatos, parricidios, venganzas, guerras.....
El sucesor más conocido fue Agamenón, el caudillo de los aqueos en la Guerra de Troya, tan nombrado en los poemas homéricos que cantan al reino de Agamenón como el de los hermosos palacios y rico en oro.
La realidad es que el reino micénico duró desde 1600 a.C hasta 1200 a.C. y fue entonces el más poderoso de Grecia.
La fortaleza está rodeada por una muralla “ciclópea” ya que la leyenda dice que Perseo se la encargó a los Cíclopes, gigantes de un solo ojo. Está formada por enormes piedras rectangulares poligonales que en algunos lugares alcanza los 6 metros de espesor. Para acceder al recinto nos encontramos con la Puerta de los Leones que en su parte superior tiene grabados en relieve dos leones rampantes de tres metros de altura, símbolo de la potencia de la dinastía átrida. Se cree que se construyó en el año 1250 a. C.
La puerta está formada por una enorme piedra poligonal en la parte de abajo haciendo de umbral, que sustenta las dos jambas, que a su vez soportan otra piedra que hace de dintel, cerrando el hueco de la puerta por la parte superior. Sobre el dintel se encuentra una piedra triangular en la que se esculpieron los dos leones rampantes apoyados sobre el pedestal de una columna al centro. La puerta tenía unas enormes puertas de madera que se cerraban con una tranca, huecos que se pueden observar todavía.
Nada más traspasar la puerta nos encontramos con una construcción circular que contenía tumbas reales. Desde allí se pueden intuir restos de casas micénicas, graneros y otros edificios.
De la Puerta de los Leones parte una gran rampa que termina en la parte superior de la colina donde se encontraba el palacio.  
En la parte norte de la ciudadela se encuentra una puerta. En el ángulo noreste se puede visitar la cisterna. Se hicieron refuerzos en esta parte de la muralla, ampliándola, para proteger el suministro de agua ante un prolongado asedio.
Se construyó una enorme cisterna, espectacular obra de ingeniería micénica que se surtía de un manantial  a 500 metros fuera de las murallas. Los arquitectos diseñaron una vía subterránea, tallada en la piedra que permitía el acceso a dicha fuente desde dentro del recinto de la ciudadela.
Las primeras excavaciones se llevaron a cabo en el año 1841 por el arqueólogo griego Pittakis que descubrió y restauró la Puerta de los Leones.
Más tarde un aficionado a la arqueología, cargado de suerte y millonario, que anteriormente ya había descubierto Troya en 1870, siguiendo los textos de Homero de “La Ilíada”, convencido de que describía lugares históricos, descubrió las tumbas reales. Fue en 1874 cuando además de las tumbas encuentra Schliemann una máscara de oro que atribuyó a Agamenón, aunque después se dató que era anterior a su reinado, así como un sinfín de objetos de diversos materiales como ajuar funerario. También había 19 esqueletos.
Heinrich Schliemann era prusiano, nació el 6 de Enero de 1822. Tuvo una vida llena de cambios y enfermedades que le convirtieron en millonario. Su afición le vino por la lectura de libros clásicos. Hablaba muchos idiomas y cuando ya era millonario estudió arqueología y financió personalmente las excavaciones que hacía. Murió el 26 de Diciembre de 1890.
De aquí vamos a visitar el Tholos de Atreo. Es una sepultura real, totalmente saqueada que se conserva su estructura en perfecto estado. Tiene una cámara completamente circular a la que se accede a través de un pasillo fortificado pero descubierto. Las puertas son de una gran altura franqueadas por columnas y sobre el dintel un espacio triangular que debía contener alguna escultura en una piedra. La cubierta interior es totalmente cónica y abovedada, con filas concéntricas de piedras que van reduciendo su círculo. En la parte superior tiene una piedra que cierra el cono que se llama llave.
Tras salir nos montamos en el bus que nos lleva a comer al  Restaurante Agamenon Palace. Es un sitio enorme destinado a banquetes de boda y celebraciones multitudinarias. Comemos Musaka, ensalada y cordero asado y como postre un pastel.
A la salida nos enseñan los remates de los pasteles de boda que son muy divertidos y nos obsequian con una especie de peladillas que se ofrecen como obsequio en las bodas.
A continuación visitamos una tienda de cerámica, joyería y diversos objetos. Casi todos   hacemos compras.
Volvemos al bus y ya no paramos hasta llegar al hotel. Viki se despide de nosotros. Ha sido una guía estupenda.
Algunos salen a dar una vuelta y a hacer compras. Nosotros descansamos. El tiempo ha cambiado,  hace viento y no tardará en llover.
A la hora de la cena nos volvemos a reunir. En todos los sitios hemos comido y cenado bien menos en este hotel, cuyo restaurante es muy flojito.
Acabamos la noche haciendo una tertulia frente a los ascensores.
Terminamos de preparar las maletas ya que el viaje se acaba.

 
     

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Martes 19 de Enero de 2010. Atenas-Madrid-Valencia

 
 

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Atica. Grecia Continental 2010.
 

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El resto del grupo madruga para ir a una iglesia católica para asistir a una misa, que le toca otra vez celebrarla solo al hermano Miguel.
Nosotros, después de desayunar y dejar las maletas en recepción, cogemos el metro y nos vamos al Nuevo Museo de la Acrópolis. Es un gran y moderno edificio nuevo para albergar lo extraído en las diferentes excavaciones de la Acrópolis. Sobre todo al encontrar el relleno de escombros formado por los restos de la devastación persa que sufrió la Acrópolis en el año 480 a.C. Los atenienses sepultaron lo derruido en una depresión del terreno para ampliar la superficie de la colina, para construir el nuevo Partenón.
Consta de tres salas. La primera tiene tanto a la derecha como a la izquierda vitrinas que contienen piezas de cerámica de los diferentes estilos así como piezas pequeñas votivas. Subiendo un semipiso hay una reproducción del templo de las Cariátides con 5 de ellas originales, que se desmontaron de la Acrópolis para preservarlas de la polución y que no se deterioraran más. La sexta está en el Museo Británico. Las expuestas en el templo de la Acrópolis son reproducciones.
La segunda está repleta de estatuas de la época arcaica.
En la tercera hay una reproducción real del Partenón, donde están expuestos los restos que quedaron después de los diferentes expolios tanto de las metopas, como de los frisos y frontones. La labor de restauración es impresionante. De un pedacito de estatua o figura han reproducido en yeso el panel completo.
Para finalizar la visita nos sentamos a ver un video que cuenta la historia del Partenón y sus múltiples vicisitudes.
Volvemos al metro y bajamos en la Plaza Sintagma. Es el centro neurálgico de la ciudad. Es la plaza de la Constitución con un tráfico muy denso y rodeada de grandes hoteles, museos, iglesias, centros oficiales, oficinas de información, bancos, kioscos con prensa internacional, etc.
Por la hora faltan 5 minutos para el Cambio de la Guardia delante del Parlamento y frente al Monumento del Soldado Desconocido que tiene una llama permanente encendida. Nos acercamos corriendo para no perdérnoslo. Hay dos garitas con dos guardias euzones impertérritos custodiando el monumento. Además hay varios soldados vestidos con ropa de camuflaje que vigilan el recinto. De repente llegan otros tres con sus ropajes característicos es decir,  con las falditas y los pompones en los zapatos. Los dos euzones que van a relevar a los otros guardias  se van acercando con un paso muy difícil y los soldados de camuflaje les arreglan las borlas de la gorra. Entonces comienza el espectáculo.
Finalizado el cambio de guardia nos dirigimos a la calle Ermou, centro del Barrio de Plaka. Todo son tiendas. A mitad nos paramos a tomar algo. Continuamos avanzando y llegamos a una pequeña plazoleta con una iglesia bizantina en el centro. Es la Iglesia de Kapnikarea. Frente a ella hay un músico afinando un curioso instrumento llamado címbalo. Le preguntamos y en 5 minutos va a comenzar a tocar. Aprovechamos y entramos en la iglesia que está en pleno proceso de restauración de los frescos para quitarles la pátina negra que no permite apreciar bien su delicadeza. Es del siglo XI.
A la salida escuchamos con gusto la interpretación del músico con ese instrumento tan desconocido para nosotros. Grabamos un video de recuerdo del sonido y de la forma de tocarlo.
Seguimos andando hasta la Plaza Monstiraki con la iglesia Pantanassa del siglo X  y la mezquita Tzistarakis construida en el año 1759 utilizando materiales de otros edificios de Atenas. Esta plaza es el límite occidental del Barrio de Plaka. Siempre ha sido un lugar importante ya que en sus alrededores se encuentran la Biblioteca de Adriano, el Ágora griega y el Ágora romana.
El ambiente es totalmente distinto al de 100 metros antes. Parece un barrio árabe ya que guarda el recuerdo de la dominación turca. Enfrente hay una calle tal como un zoco, el Flea Market.
En un lateral de la plaza se encuentra la estación de metro a la que nos dirigimos para cogerlo. Bajamos en la estación de la Plaza Omonia y a Vicente le han intentado quitar la cartera. Menos mal que se ha dado cuenta y el trayecto ha sido corto. Hacemos transbordo de línea y bajamos en la siguiente parada que es la del hotel. Al subir las escaleras  e intentar cruzar al otro lado de la plaza  ve Vicente a una china que vende relojes. Le gusta uno y se lo compra.
Llegamos al hotel y descansamos en la cafetería esperando a los demás. Llegan Amparo y Luis, Paqui y Félix junto con Miguel. Les gusta el reloj y se van los cuatro señores a buscar a la china y le compran más relojes.
Llegan todos y subimos a comer al restaurante, Fatal, como siempre.
A las dos vienen a recogernos y cargamos las maletas en el bus. Nos dirigimos al Aeropuerto. Hay mucho tráfico, pero Odiseas es experto y llegamos muy bien de hora. Nos despedimos delante del Aeropuerto de nuestro querido chófer Odiseas.
Facturamos y nos despedimos de Heleni que ha venido a acompañarnos. Tenemos una hora de retraso en el embarque, así que lo primero que hacemos es sentarnos en una cafetería y las señoras nos dedicamos a dar vueltas por las tiendas y a comprar las últimas cosas, entre ellas queso ahumado griego.
Paseando vemos que hay como un reservado con sillones de masaje. Alberto nos lo recomienda así es que ni cortas ni perezosas nos sentamos Mª Carmen, Celia y yo a que nos masajeen la espalda, cuello, piernas y lo que haga falta.
Embarcamos  y el vuelo es bueno. Nos dan bazofia fría  para cenar. Llegamos a Madrid y nos despedimos de los que se quedan.
Damos una vuelta por el Aeropuerto y comemos algo más apetitoso que lo que nos han dado en el avión. Embarcamos hacia Valencia. Llegamos tarde y lo mejor es que ahora no nos han perdido ninguna maleta.
Aquí ya nos despedimos todos y con un taxi volvemos a casa Amparo, Luis, Vicente y yo.
Hasta la próxima.....

 
     

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indice del viaje
 
© 2010 Textos: Dulce Ballester. © 2010 Fotos: Vicente Bono. v.1.2