indice del viaje

 

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Viernes 10 de Septiembre Valencia, Trujillo, Setubal

Sabado 11 de Septiembre, Setubal, Quinta do Anjo

Domingo 12 de Septiembre, Palmela, Serra Arrabida, Setubal

Lunes 13 de Septiembre, Setubal, Lisboa, Setubal

Martes 14 de Septiembre, Setubal, Mercado, Moita, Toros, Rosario, Setubal

Miercoles 15 de Septiembre, Setubal, Sesimbra, Setubal

Jueves 16 de Septiembre, Setubal, Alcochete, Moita, Toros, Setubal

Viernes 17 de Septiembre, Setubal, Quinta do Anjo, Cabanes, Azeitao, Quinta do Conde, Setubal

Sabado 18 de Septiembre, Setubal, Vendas de Azeitao, Setubal

Domingo 19 de Septiembre, Setubal, Trujillo, Valencia


 

 

 


Viernes 10 de Septiembre de 2010

 

 

A una hora razonable, sobre las 10 de la mañana emprendemos el camino hacia Portugal. Un poco antes de las 3 llegamos a nuestra querida Majada, restaurante amigo, motivo de tantas paradas a lo largo del tiempo, donde comemos jamón exquisito, gazpacho blanco y solomillo de retinto. Como este viaje sí que llevamos nevera, llamamos a Joaquín, el dueño del Hotel Rural Huertas, para pedirle un favor, si es posible que nos compre un solomillo completo de retinto para el próximo domingo comer en su hotel y recogerlo. No tiene inconveniente y así quedamos.
Continuamos el viaje por las extensas dehesas cacereñas, ahora más secas, después del caluroso verano. Al llegar a cruzar la inexistente frontera de Portugal se nos mueven un poco las lagrimitas en los ojos.
Pulsar para ampliarPor la autopista, cuando aún faltaban bastantes kilómetros, ya se veía la impresionante mole del Castillo de Palmela.
Al llegar a Setúbal nos dirigimos directos a ver la extensión enorme de agua de la ría del río Sado. La marea estaba muy alta a esa hora y con el sol ya de bajada reflejándose en el agua, el espectáculo fue precioso. Dimos unas vueltas por la ciudad para ver los cambios que se habían producido en los años que habían pasado y nos dirigimos al Novotel de Setúbal. Vivimos aquí un mes hasta que tuvimos nuestra casa lista y hemos vuelto otras veces allí, así que todo nos era muy familiar.
Tras instalarnos y descansar un rato salimos a dar una vuelta. No podemos evitar entrar en Jumbo, Área Comercial y supermercado frente al hotel, donde en su día hacíamos las compras. Compramos quesitos portugueses, sábanas de rizo ajustables, que en Valencia no hay,  bebidas y refrescos para rellenar nuestra nevera portátil. Al acabar las compras nos vamos directos a cenar “Choco frito com batatas fritas e salada” menú casi único, del Restaurante “O Leao do petisco”. Siempre nos ha gustado cenar aquí, donde entras por riguroso orden de llegada y el servicio es rápido y eficiente. No nos podemos imaginar los quilos y quilos de sepia que trocearán al día y rebozarán con harina para freírla después. Además de las mesas también la sirven en la barra como bocatas y para llevar a casa. Es impresionante la marcha de la cocina.
Tras dar una vuelta de noche por la ciudad nos vamos al hotel a descansar.

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Sábado 11 de Septiembre de 2010

Tras desayunar y leer el periódico vienen a recogernos Antonio y Sonia Pulsar para ampliarcon la sorpresa de que vienen acompañados del hijo de Sonia, Diego, de 5 años. Nos llevamos una gran alegría de volverlos a ver, aunque haya pasado poco tiempo desde su vista a Valencia.
Nos llevan a ver lo más novedoso de Setúbal desde nuestra última visita. La zona final del puerto, que cuando llegamos en 1993 estaba plagada de barraquitas, que por cierto derribaron pronto, la han convertido en un parque muy extenso, Abarquel, con jardines, zona de ocio y playa cuando la marea lo permite. Justo cuando llegamos estaban haciendo una carrera de veleros por radiocontrol.
Damos vueltas por Setúbal buscando un restaurante que le guste a Antonio y hay muchos cerrados por vacaciones.
Al final comemos en el Restaurante “O Retiro de Fernando” los petiscos (tapas portuguesas) habituales, así como las entradas de queso, mantequilla con sal y ajo, los patés de sardina y atún, aceitunas ,choco frito con su tinta, sardinas asadas y para acabar una cataplana de pescado.
 Pulsar para ampliarLa cataplana es un recipiente de cobre con forma de platillo volante que se cierra casi como una olla a presión y los ingredientes se cocinan rápido y en su propio jugo.
Charlamos mucho durante la comida. Antonio lo tiene un poco complicado estos días ya que a su suegro lo ingresaron ayer en el hospital y con los 86 años que tiene no sabe cómo responderá.
Nos dejan en el hotel y dormimos una siesta.
A media tarde salimos a dar una vuelta por Quinta do Anjo, donde vivimos. Al cruzar el pueblo estábamos hablando de Aldina, la asistenta que tuvimos en aquellos años y en eso nos la vemos salir de una tienda. No pudimos pararnos a saludarla, pero fue una gran casualidad.
Vamos a ver nuestra urbanización y la casa donde pasamos tan buenos momentos. En ella hemos visto que han hecho algunas reformas. Alrededor de allí han construido montones de casas, adosados y edificios no muy altos, con lo que la población ha aumentado ostensiblemente.
Nos dirigimos entonces a ver Autoeuropa, la fábrica de coches donde trabajaba Vicente y seguimos hasta Aldeia de Irmaos, pasando Azeitao, donde estaba la veterinaria de nuestro perro, que ya ha cerrado la clínica veterinaria.
A la vuelta comentamos si nuestros amigos Joao Paulo y Anabela seguirán viviendo en la misma casa y por ello nos metemos en su calle y no recordamos con exactitud qué casa es. Damos la vuelta y en ese momento aparece Joao Paulo en su jardín y paramos. Se queda de piedra al vernos y lleno de alegría, después de 12 años sin vernos. Sale corriendo Anabela y nos damos besos y abrazos.  Vemos a las niñas Caterina y Rita, que están mayores y guapas, iguales como su madre. Hay un matrimonio con sus hijos con ellos que se van a quedar a cenar e insisten en que nos quedemos a cenar también con todos. Pero como pensamos que es mejor vernos más tranquilos, disfrutando de su compañía al completo y además no podemos comer más después de la comila, nos despedimos y quedamos para otro día.
Descansamos un poco en el hotel y luego bajamos a cenar algo ligero al restaurante y luego nos vamos a descansar del ajetreo y de las emociones.

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Resumen de la Corrida de Toros a la Portuguesa celebrada en Moita, Portugal el día 14 de Septiembre de 2010.

 

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Domingo 12 de Septiembre de 2010

 

 

Pulsar para ampliarHoy es mi Santo y no paro de recibir felicitaciones a lo largo de todo el día.
Después de desayunar nos vamos a visitar Palmela, con los molinos y sobre todo el Castillo, donde vemos una exposición sobre la historia de Palmela en la Iglesia de Santiago, parte del camino de Santiago. Continuamos la ruta para dar una vuelta por la Sierra de Arrábida, parque natural bellísimo, con unas vistas increíbles del mar, rodeados de vegetación y bosques de pinos. Intentamos bajar al Portinho da Arrábida, una cala declarada maravilla natural de Portugal, pero los días festivos cortan el acceso hasta abajo y nos damos la vuelta.
Volvemos al hotel y nos recogen Antonio, Sonia y el niño para ir a comer al “Restaurante Talhinho”,  en Setúbal, que está especializado en carnes. Pulsar para ampliarTodo lo que nos sirven está buenísimo. El niño está malito con amigdalitis.
Tras comer damos una vuelta por la zona y nos dejan en el hotel para descansar.
Sobre la 8 nos recogen otra vez y nos llevan a cenar al Restaurante “Perola da Mourisca”. Al poco de sentarnos vienen Rita, la hija mayor de Antonio, su marido Meco y la niña, María que tiene 21 meses y está preciosa.
Pulsar para ampliarComo hemos comido mucho sólo tomamos almejas a la marinera al estilo portugués, camarones cocidos de rio y langostinos cocidos, acompañado de manteca de oveja. Todo está sensacional.
Nos llevan al hotel y nos vamos a dormir.

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Lunes 13 de Septiembre de 2010

 
 

 

 
 

Después de desayunar decidimos encaminarnos hacia Lisboa.
Durante nuestra estancia en Portugal yo sí que pude hacer muchas visitas turísticas pero Vicente hay cosas que no las pudo conocer.
Lo primero que hacemos es dejar el coche en el parking de la Plaza de Restauradores. Caminando nos dirigimos por la Rua Aurea hacia la Plaza del Comercio. La intención es coger el tranvía más famoso de Lisboa, el eléctrico 28, que es muy antiguo y sube por unas calles imposibles. Llegamos hasta el final del trayecto, que es el Cementerio más famoso de Lisboa que se encuentra en Prazeres.
Volvemos a coger otro en dirección contraria y bajamos en A Sé, la catedral de Lisboa. La vemos y hacemos fotos. Subimos andando hasta el Mirador de Santa Lúzia. Desde allí se divisa desde arriba todo el Barrio de Alfama y de Graça. Es una de las visitas más conocidas de Lisboa. Hace mucho calor y nos sentamos a tomar un refresco. Tras descansar nos volvemos andando. Por el camino compramos unos objetos de cerámica que nos han gustado.
Una vez en el coche nos dirigimos hacia Belém. Tenemos suerte y aparcamos al lado de la Pastelería de Belém. Entramos y a pesar de lo grande que es está llena. Menos mal que han añadido la casa de al lado y el comedor lo han ampliado enormemente.
Nos pedimos unas tostas y unos pasteles de Belém  o natas, que siempre te los sirven calientes. Se le añade por encima azúcar glas y canela. Son algo mágico. Para nosotros venir a Portugal y no pasar por aquí a degustarlas es como no haber venido. Compramos 6 más para esta noche.
Cruzamos a la Torre de Belém y paseamos por la orilla del rio. Hace una brisa estupenda, cosa que se agradece por el intenso calor que hace hoy.
Seguimos bordeando las Docas, almacenes portuarios reconvertidos en restaurantes y lugares de ocio. Nos encaminamos hacia el Parque de las Naciones, donde se ubicó la exposición del 98. La verdad es que han convertido una zona industrial abandonada y contaminada en una expansión de Lisboa, siendo la zona más cara, utilizando los pabellones para múltiples actividades.
Nos volvemos a Setúbal atravesando el Puente Vasco de Gama y viendo desde el puente la enorme expansión que ha sufrido la zona de influencia debido a su construcción.
Descansamos y luego nos acercamos a cenar a casa de Antonio. Nos han preparado choco frito con cebolla y su tinta, camarones al ajillo, quesitos, anchoas españolas (que les encantan) y “cherne al horno”.
El cherne es el mero de verdad. Nos dice Antonio que compró sólo una cortada y que pesaba 1kg. y medio. Hay que imaginarse el tamaño del bicho. Lo guisó Sonia y estaba exquisito.
Tania, la hija pequeña de Antonio, tiene un gabinete de tatuajes en la planta de abajo y estaba en pleno trabajo. En un descanso subió a saludarnos. Después de cenar nos enseñó su gabinete. Nos llevamos una gran alegría de que tuviera tanto interés en saludarnos, ya que era pequeña la última vez que nos vimos.
Como mañana han de madrugar nos despedimos y nos vamos al hotel a digerir lo cenado y a descansar del largo día.

 
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Martes 14 de Septiembre de 2010  

 

Vicente se despierta con la garganta inflamada y todo dolorido. Bajamos a desayunar y nos volvemos a la habitación a descansar. Más tarde nos acercamos a la farmacia a comprar medicamentos para el resfriado.
Nos dirigimos a ver el Mercado de Setúbal. Ya es la una y están recogiendo. Los murales del fondo, detrás de la pescadería, los están restaurando.
Mi carnicero ya no está, pero algunas paradas de nuestra época continúan.
Buscamos sitio para comer y nos quedamos en un sitio típico, el Restaurante “ A Restinguinha”.
Vicente toma carne y yo me pido pez espada a la brasa. Es curioso lo que hemos observado en este viaje. Todos se empeñan en hablarnos en español y nosotros sólo queremos hablar en portugués. Charlamos un buen rato con los vecinos de mesa y comentamos cosas sobre el país, la relación con España y otros temas.
Volvemos al hotel a descansar y luego nos vamos a Baixa de Banheira, donde viven Ana y Luis. Llegamos a la casa y Luis está solo. Charlamos un rato y aparecen Ana y Filipa, la hija pequeña. Ana nos da la sorpresa de que ahora es rubia, ha adelgazado mucho y la encontramos muy moderna  y “jeitosa”. Les damos sus regalitos  que les gustan mucho y nos marchamos Luis, Vicente y yo a Moita. Esta población tiene una gran tradición taurina, con una gran feria de corridas de rejoneadores, una corrida al estilo español, es decir, de matadores, en este caso de los que banderillean, así como alguna combinada de rejoneadores y matadores. En Portugal no se matan a los toros en el ruedo.
 Entramos en la plaza de toros y poco a poco se llena. Es una corrida de “Cavaleiros” y “Forcados”. El espectáculo es de rejoneadores al estilo portugués con un gran ceremonial en su desarrollo. Primero salen los areneros y los pastores, luego los banderilleros, después los “forcados”, y por último los “cavaleiros”,  vestidos a la portuguesa,  a saludar al público desde el ruedo. Hoy se enfrentan en esta corrida concurso de ganaderías Salvador, Diego Ventura al que en Portugal le llaman el “español” y el “loco” porque es portugués de nacimiento pero criado en Salamanca y su estilo de doma de los caballos y su indumentaria es española,  y Lupi hijo, acompañados por los grupos de forcados de Moita y Alcochete.
Cuando sale el rejoneador a caballo le esperan los otros dos “cavaleiros” a pie a la salida del portón y un banderillero hace entrega del primer rejón al rejoneador siguiente en el orden de actuación que  a su vez se lo entrega por detrás del cuerpo al rejoneador que va a lidiar el toro. Se dan la mano y comienza a calentar al caballo hasta que da aviso para que salga el toro. Encela al toro en el centro y le clava dos rejones. Después de cada uno de ellos la banda acomete una charanga corta cuando al clavar se abre una banderola en la parte del palo que se queda el rejoneador en la mano. Después clava banderillas. En el caso de que el toro sea bueno piden a la presidencia clavar alguna más. El caballero da la vuelta el ruedo a caballo y se retira. Entonces aparecen los “forcados” en el ruedo. Salen 8 y se colocan en línea recta enfilando al toro. El primero lleva un gorro verde y rojo que se pone cuando ya está a punto, llama al toro y cuando se arranca tiene que engancharse a los cuernos del toro, que por cierto los tiene cortados y enfundados, y los otros rodearlo hasta frenar la acometida. Uno de ellos se moja las manos con la arena y le coge el rabo al toro. Cuando todos deciden soltarse de golpe, el del rabo hace girar al animal,  que intenta cogerle, hasta que se para. No siempre la”pega” sale a la primera. En caso de que haya salido bien  salen los mansos y se llevan al toro a los corrales, donde unas veces lo devuelven a la ganadería para curarlo o a veces lo sacrifican.
Entonces sale el rejoneador y el que ha realizado la “pega” y dan la vuelta al ruedo, acompañados por dos banderilleros.
La música que ameniza la corrida es totalmente española, pasodobles muy conocidos tocados en directo por una banda de música.
La corrida se nos hizo eterna, porque pasó de todo. Los toros eran malos, las “pegas” no salían a la primera y algún “forcado” tuvo que pasar por la enfermería. Un toro se partió las patas delanteras al salir de toriles y no se podía poner de pie. Tuvieron que atar una cuerda a los cuernos  y arrastrarlo a mano para sacarlo de la plaza. Los mansos parecía que no tenían ganas de trabajar y se salían cuando entraba el toro a los corrales y se hacían los despistados. El último toro, que fue el sobrero, no entraba en el concurso y fue el mejor. Tanto, que corría mucho y atropelló al caballo de Diego Ventura y casi salta varias veces al callejón. Hubo una pita general por la desorganización frente a las muchas contingencias.
Tras la corrida fuimos a Rosario a cenar al Restaurante Baia do Tejo, nuevo, con una gran cristalera sobre el rio. Allí nos esperaban Ana y las niñas, Rita y Filipa. Cenamos  “petiscos” como mantequilla, quesitos, salada de povo (pulpo), salada de ovas (huevas), langostinos cocidos, almejas, calamar a la plancha con salsita y patatas  y “açorda de zapateira” (buey de mar). Este plato es una especie de sopa de ajo espesa de pan con ajo, cilantro y pescado, rellenando un pan redondo vaciado de la miga con la que se ha hecho el plato.
Nos despedimos y quedamos para mañana.
Nos volvemos a Setúbal por los caminos antiguos por los que tantas veces transitamos.
Estamos hechos polvo del constipado.

     

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Miércoles 15 de Septiembre de 2010

 

Nos levantamos fatal del constipado. Yo me atrevo y bajo a desayunar y le subo un plato con el desayuno a Vicente.
El día está nublado y con amenaza de lluvia. A pesar de eso , ya más tarde nos animamos y nos dirigimos hacia Sesimbra. Damos unas vueltas y nos acercamos al puerto. Chispea y nos vamos a buscar aparcamiento, ya que en Sesimbra es muy difícil aparcar. Tenemos suerte y lo dejamos cerca del Restaurante Tony Bar, el más emblemático de Sesimbra.
En nuestra época portuguesa lo visitábamos con mucha frecuencia. Tienen un pescado y un marisco de fábula. Todos los amigos que nos visitaron estuvieron allí también.
El hijo “grelhador”, el que domina las brasas, nos reconoció enseguida y nos saludó. Como no teníamos mucha hambre, nos tomamos los petiscos de paté de atún, quesito de Azeitao y aceitunas, unas gambas al ajillo y un bogavante vivo elegido por nosotros y guisado al estilo del Tonys, parecido a una caldereta de bogavante, muy bueno y suave. Todo magnífico. Se acercó el patriarca de la saga a saludarnos, el gran Tony con sus archifamosos mostachos.
Teníamos la intención de ir al Cabo Espichel, pero ni estábamos en condiciones ni el día lo aconsejaba, así es que nos fuimos al hotel a reponernos.
Hoy es el cumpleaños de Filipa, la hija pequeña de Ana y Luis y nos habían invitado a cenar a su casa con toda la familia, pero en las condiciones en que nos encontrábamos, mejor no movernos de la cama para ver si nos recuperábamos más pronto. Los llamamos y quedamos mejor para mañana.
A la hora de cenar bajamos al restaurante, cenamos ligero, leemos el periódico y nos subimos a dormir.

 

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Jueves 16 de Septiembre de 2010
 

Aún no estamos muy bien, bajo a desayunar y le subo algo a Vicente.
Tras descansar y leer un rato nos vamos tranquilamente hacia Alcochete, pasando por Montijo. Es impresionante lo que han crecido las dos ciudades por la influencia del Puente Vasco de Gama. Sobre todo Alcochete que era un pueblo de pescadores pequeño y entrañable. Comemos a la vera del rio Tajo, en el estuario en el Restaurante Al Foz, también viejo conocido nuestro.
Comemos en la terraza sobre el rio, observando cómo baja la marea. Vicente se pide Cherne grelhado (mero) y yo bacalao cocido con huevo duro y patatas cocidas.
Nos volvemos por los viejos caminos  y descansamos hasta las siete en que nos vamos a Baixa de Banheira a cenar en casa de Ana y Luis con las niñas.
Nos despedimos de las niñas después de la cena y nos vamos a Moita a otra corrida. Hoy torean los rejoneadores portugueses, Joao Moura (viejo conocido en España), Salgueiro y el más joven Fernandes, acompañados por los forcados Amadores do Aposento da Moita. Los toros son de una ganadería española.
Tenemos suerte y aparcamos casi en la puerta de la plaza, donde nos encontramos con una amiga de Ana y Luis  y su hija.
Hoy la corrida no tiene nada que ver con la otra. Los toros son buenos y dan juego, los rejoneadores, sobre todo los veteranos lo hacen muy bien y los forcados hacen unas “pegas” espectaculares.
En Baixa de Banheira nos despedimos de Ana y Luis con el deseo de que los proyectos que tienen entre manos salgan muy bien.
Hoy volvemos al hotel por la autopista, porque ya es tarde.

 

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Viernes 17 de Septiembre de 2010

 

Hoy no bajamos a desayunar.
Más tarde nos tomamos algo en la cafetería y nos encaminamos hacia Quinta do Anjo.
Paramos en Fortuna, una escuela de artes y oficios especializada en azulejos y cerámica artesanal. Compramos dos paneles de azulejos para Jávea con fondo blanco y pintados en azul.
Un poco más adelante está la quesería artesanal de los famosos Queijos de Azeitao, absolutamente deliciosos y cremosos. Tienen denominación de origen y se les controla todo, las ovejas, los pastos donde comen, la leche y por supuesto las instalaciones donde se hace el queso. Compramos unos cuantos y seguimos.
Nos intriga una urbanización nueva enorme que está pegada a la de Portais da Arrábida, donde nosotros vivíamos y entramos a verla. Se llama Palmela Village con varias piscinas comunitarias y campo de golf de 18 hoyos. Nos interesamos por el precio y distribución de las casas y no nos terminan de convencer.
Seguimos hasta Cabanas y comemos en el Restaurante Lancelote. Aquí fue donde probamos por primera vez el “bacalhau com natas” que está exquisito. Han cambiado los dueños y ahora es comida madeirense. Nos tomamos unos quesitos de aperitivo y una espetada de carne al estilo de Madeira, muy rica.
A la vuelta, ya en Setúbal, nos empeñamos en encontrar un hotel que no conocemos, el Hotel do Sado. Tiene unas vistas espectaculares de todo Setúbal, la ría del Sado, la península de Troya y los alrededores. El barrio donde se encuentra no es muy recomendable pero el lugar sí.
Dormimos un rato de siesta y a las 8 nos recogen en el hotel Ana Cordeiro, su madre Fernanda y su hermano Luis. Vienen cargados de regalos y nosotros les entregamos un detalle a Ana y otro a su madre.
Ana es hija de unos amigos de nuestra amiga Ana Charneira y al venir a Valencia a estudiar con una beca Erasmus, nos conocimos y le echamos una mano cuando tuvo un percance en  el Aeropuerto de Lisboa. Se hizo un fuerte esguince en el tobillo, que con la ayuda de nuestro traumatólogo se pudo solucionar. Es una chica encantadora, responsable y cariñosa. Nos encantó volver a verla después de un año.
Fuimos a cenar pasado Palmela, casi en Quinta do Anjo al Restaurante Dona Isilda. Es nuevo y los dueños son los mismos que los del Restaurante Alcanena, que estaba en medio de Quinta do Anjo.
Es un restaurante tipo Buffet libre con sólo especialidades portuguesas tradicionales, embutidos, fiambres, quesos y dulces.
Después de cenar nos llevó Ana a dar una vuelta por Cabanas, Quinta do Conde, Azeitao y volvimos a Setúbal. El coche se lo compró su padre, que no pudo venir, como premio a las buenas notas que había sacado en la carrera de Arquitectura que es la que ha estudiado. Nos despedimos y quedamos para mañana, ya que sus abuelos tienen mucho interés en conocernos.

 

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Sábado 18 de Septiembre de 2010
 

Bajamos a desayunar y comienzo a hacer las maletas. ¡Esto se acaba!
Mientras esperamos a Antonio  y Sonia leemos el periódico. Cuando llegan nos regalan unas botellas de vino buenísimo de Portugal, de la zona de Palmela y una cataplana.
Vamos directamente a comer a la “Tasca de Toninho”. Está llena. Como la mayoría de los restaurantes de Setúbal, es sencillo pero con una materia prima de primera y un conocimiento máximo de cómo tratar el pescado.
De entrada tomamos tellinas, sardinas a la plancha, huevas gigantes, ensalada de pimientos y como plato fuerte una lubina salvaje grande y a la espalda, espectacular por lo buena y lo bien hecha que está, tierna, cocida en su punto y sin churruscar. Como me encanta la cabeza del pescado, me puse morada de sacarle mollitas.
Volvemos al hotel y nos despedimos. Antonio  nos dice que en las Fallas de 2012 nos volveremos a ver en Valencia. Sonia tiene que pasar la tarde cocinando pasteles, tartas y todo tipo de dulces, ya que mañana es su cumpleaños y tienen fiesta familiar. Es increíble lo que les gustan los dulces muy dulces a los portugueses...
Mientras Vicente duerme la siesta termino de hacer las maletas. Viene Ana con sus abuelos y bajo a saludarles. Nos traen más aguardiente de la zona del Duero, casero, que mata todos los bichos que tengamos, SEGURO.....
Hacia las 7.30 nos vamos a Vendas de Azeitao a casa de Joao Paulo. Está solo con Rita, la hija pequeña, ya que Anabela se ha ido a llevar a la mayor Caterina a cenar a casa de una amiga. Nos enseña su coche antiguo, un Triumph descapotable color burdeos y se ponen Vicente y Joao Paulo a jugar al ping pong para recordar viejos tiempos.
Llega Anabela y nos ponemos a cenar. Nos ha preparado un rollo de hojaldre relleno de  queso Brie acompañado por mermelada de fresa. Luego saca langostinos cocidos, una ensalada y un bacalao parecido al espiritual, plato típico portugués con miga de pan, zanahorias ralladas, cebolla, pimienta, leche y besamel, gratinado con queso rallado. Está muy bueno.
De postre hay melón, que no tomamos y queso da Ilha. Es un queso de Azores, que a medida que pasa el tiempo se hace más picante y es como una mezcla de gruyere y parmesano pero no de pasta tan dura.
Para rematar ha hecho tarta de arándanos. Creemos que vamos a reventar.
Nos enseñan las fotos de este verano que han estado en las Islas Azores y son preciosas.
Nos regalan un vino generoso, que en realidad es Oporto, aunque no se llame así, que está riquísimo.
Nos ha dado una alegría enorme volverlos a ver tras doce años sin estar juntos. Por mail sí que habíamos tenido contacto y a través de Antonio Santana sabíamos de los cambios de trabajo de Joao Paulo. A pesar de los años transcurridos están igual, no han cambiado nada. El paso del tiempo ha sido muy fugaz en ellos.
Nos despedimos con los mejores deseos de que no pase tanto tiempo sin vernos.

 

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Domingo 19 de Septiembre de 2010
 

Nos levantamos pronto. Antonio, como sabe que nos encanta el pan portugués, ha tenido la delicadeza, como siempre, de ir a comprar pan recién hecho y traérnoslo para llevárnoslo a Valencia. Siempre digo que Antonio es un enorme corazón con patitas.
Desayunamos, nos despedimos y emprendemos el camino hacia España.
Al mediodía llegamos a Trujillo, repostamos y nos dirigimos al Hotel Rural Huertas. Nos reciben Joaquín y Carmen y nos enseñan las novedades. Han quitado dos habitaciones del patio y las han reconvertido en cafetería. Comemos  gazpacho de huevo frito, secreto ibérico, ternera empanada y ensalada. Nos entregan el solomillo que le habíamos encargado y continuamos viaje hacia Valencia. Tras dos paradas por el camino llegamos a Valencia hacia las 9 de la noche. Nos habíamos ido con dos maletas y la nevera, así como una bolsa con los regalos y nos hemos vuelto con el maletero lleno.
Ha sido un viaje estupendo, con muchas alegrías de volver a ver a nuestros amigos y a los lugares queridos que tuvieron significancia en nuestra vida en Portugal. De momento hemos apaciguado las “saudades”.
Hasta la próxima.......

 

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© 2010 Textos: Dulce Ballester. © 2010 Fotos: Vicente Bono. v.1.2