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El Star Flyer

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La Copra

Las Perlas de Tahití

La  Vainilla

Las Danzas

La Gastronomía

 

Lo peor del viaje

Lo mejor del viaje

 

El Star Flyer

 

 

El Star Flyer, pulsar para ampliarEl barco es un bergantín goleta de (4) Palos de 115,5 metros, construido en los astilleros de Gent, Belgica en Mayo de 1991 como réplica a los grandes clippers de los años 40 tales como el Juan Sebastián Elcano, buque escuela de la Armada española, El Esmeralda, buque escuela de la Armada Chilena, o el mítico buque escuela ruso Sedov. Está considerado como el 3er. velero más grande del mundo, detrás de su hermano mayor de la misma naviera el Royal Clipper de 134 metros, y el Sedov de 127,7 metros. Pero ya se están construyendo (2) nuevos mayores, uno de ellos en España el Sea Cloud Hussar, que será el barco velero más grande del mundo con 135,7 metros de eslora y 4.000 metros cuadrados de velamen, repartido en tres mástiles y que se prevé su botadura para abril de 2009, hasta que el 2010 la naviera Star Clipper Ltd. bote su nuevo buque réplica del Francia II, el último gran Clipper que superará en eslora a todos los antes descritos, ya que tendrá 157 metros.

Datos técnicos del Star Flyer:

Eslora
113 metros
Manga
15 metros
Calado
5,8 metros a 6 metros
Tangón de Proa
1,95 metros
Número de Palos
4
Número de Velas
36
Superficie de las velas
3.400 metros cuadrados
Altura de los Palos
69 metros
Desplazamiento
2,298 toneladas
Velocidad Maxima a Velas
17 Knots
Velocidad Maxima a Motor
8.5 Knots
Motor Principal Diesel
1 x 2.000 Hp. 16 Cilindros en V + reduc.
Motores Auxiliares Diesel
2 x 1.000 Hp. 8 Cilindros en V. para generadores electricos
Motores Auxiliares Electricos
1 x 350 Hp. acoplado y 2 x 150 Hp. en Proa
Hélice propulsora
(1) Tripala Paso variable a 230 rpm. maximo
Número max. de pasajeros
172
Tripulación
72

Es espectacular de bonito se mire por el lado en que se mire. Lo tienen muy cuidado. Continuamente veías a la tripulación lijando barandillas, pintado roces, protegiendo zonas con lacas, limpiando los latones, que había muchos, etc.

Teníamos bastantes zonas para pasar el tiempo: el Piano Bar con sofás, mesitas y sillas de terciopelo; el Tropical Bar con taburetes y aparte dos mesas altas de madera con sus respectivos taburetes además de bancos de madera rodeando toda esa plataforma; la Biblioteca, con juegos, ordenadores y libros de muchos de idiomas con sofás y mesitas con sillas de terciopelo. Por el resto del barco había dos piscinas, una en popa y otra en la cubierta superior rodeadas de hamacas y de bancos de madera.

En la cubierta del Tropical Bar había una fuente de agua fría permanente con vasos limpios para todo el que quisiera beber y a cualquier hora, sin depender del bar.

El Piano Bar, pulsar para ampliar La Biblioteca, pulsar para ampliar El Comedor, pulsar para ampliar

En el tema de las comidas podemos decir que eran excelentes y además excesivas.
A todas horas podías comer algo. Os cuento.
En el Piano bar había una máquina de café y de agua caliente las 24 horas del día en la que te podías  tomar café, café con leche o cualquier tipo de tisana o té sin que te lo sirviera nadie.
También un frutero con toda clase de frutas durante todo el día.
Desde las 6,30 de la mañana ponían pastitas y bollería con fruta para los más madrugadores.
A partir de las 7,30 y hasta las 9,30 en el Restaurante servían un abundantísimo buffet de desayuno, con frutas, yogures, cereales, fiambres y guisos varios, además de un cocinero que nos hacia cualquier cosa con huevos.
A mitad mañana casi todos los días en el Tropical bar preparaban un aperitivo diferente.
A partir de las 12 y hasta las 14 horas teníamos un Buffet en el Restaurante muy variado, cada día dedicado a un tipo de comida diferente: polinésica, francesa, italiana, mediterránea, española, oriental, creole......
A mitad tarde, por si alguien tenía apetito, montaban en el Tropical Bar un tenderete con bocadillitos salados, pastitas y alguna tarta o gofres, o tortitas,o....... y frutas para desempalagar.
En el Piano Bar a partir de las 7 ponían la carta de la noche y una muestra de los platos que se iban a servir para que fuéramos haciendo boca y eligiendo.
Desde las 7,30 ya podías bajar al restaurante, puesto con todo detalle en las mesas y elegías de la carta lo que quisieras de una amplia gama de platos para todos los gustos. La carta estaba aprobada por un cocinero con estrella Michelín. Cada noche cambiaba la carta completamente. Lo único que había siempre como postre era un plato de quesos, además de 2 postres a elegir o si no, helados.
Por si había algún hambriento se servía un resopón a partir de las 11,30 de la noche. Nunca llegamos a probarlo.
Como podéis imaginar, si hubiéramos comido a todas horas, habríamos tenido que pagar doble billete de avión por el aumento de peso.
Cada día, en el Tropical Bar ofrecían un cóctel nuevo, que lo anunciaban en la hoja de actividades. El del día era un poco más barato que los tradicionales.

El servicio del barco ha sido excelente. Los camareros del restaurante siempre  estaban pendientes de retirar los platos, de ofrecerte agua o de cualquier cosa que necesitaras. Eran muy simpáticos y divertidos. Muchos eran filipinos y uno de ellos de Portugal.

El servicio de las cabinas ha sido rápido, discreto y eficiente. Por la mañana nos arreglaban la cabina. Si por casualidad la usábamos después de limpia, volvían a asearla, lo mismo que por la tarde en la que además de recogerla, nos abrían las camas y dejaban la hoja de papel con el programa del día siguiente, junto con unos bombones y los pijamas preparados para dormir sobre las camas de forma muy decorativa.

Pulsar para ampliarEl trato con los oficiales y la tripulación ha sido cordial y fluido. Vicente se ha relacionado mucho con ellos, preguntando y consultando cosas de la navegación, incluso el jefe de máquinas le enseñó las tripas del velero.
Un marinero le hizo a Vicente una pulsera muy bonita de nudos.
Ya que lo más le gustaba a Vicente era la navegación pura y dura, el tener el contacto con ellos le hacía ser como uno más y casi sabiendo las decisiones que se tomaban al instante.

El idioma oficial del barco era el inglés, ya que había tal cantidad de nacionalidades en la tripulación, marinería y servicios que era imposible que se entendieran todos. El Capitán Brunon Borowka es polaco, el Primer Oficial Andreas Slowik alemán, el Jefe de Máquinas Vinit Golet indio, los segundos ucranianos, además de filipinos, jamaicanos, turcos, guatemalteco, portugués, suecos, neocelandesa, belga,.........
Los comunicados para los pasajeros se hacían en tres idiomas, alemán, inglés y francés.

Pulsar para ampliarLos 124 pasajeros formábamos una babel de locura. La mayoría de los pasajeros eran alemanes, americanos e ingleses. Además había austríacos, brasileños, franceses, italianos, luxemburgueses, polacos y suizos y nosotros, los españoles. Nos comunicábamos con todos: en francés, Vicente lo entiende y chapurrea; en inglés  Vicente lo habla bien y yo me entiendo y me entienden;  en alemán yo  lo hablo y Vicente entiende algo y los dos en portugués.
Había gente de todas las edades. Al principio, nada más subir al barco veíamos sólo a gente mayor que nosotros y nos quedamos un poco despagados. Pero después empezó a llegar gente más joven y las fuerzas se nivelaron.
El pasajero más llamativo era un chico alemán de treinta y algo de años que había sufrido un accidente de moto en Sudáfrica en el que perdió el brazo izquierdo completo y la pierna izquierda desde la nalga. Llevaba una pierna ortopédica y venía acompañado de su mujer, una rubia muy mona y algo creída y sus padres. A pesar de sus dificultades participó en  muchas actividades sin problemas.
Hicimos muchas migas con un matrimonio francés y con otro alemán, Marc y Michelle y Niki y Uwe. Estos matrimonios ya se han jubilado, a pesar de que no son muy mayores, sólo unos pocos años más que nosotros y se dedican ahora a viajar por el mundo.
Pulsar para ampliarEsperamos que sobre todo con Niki y Uwe haya comunicación fluida desde ahora.
Otras personas que nos llamaron la atención fueron una pareja de hawaianos, él siempre consultaba a Vicente cosas del tiempo y de la navegación y ella era muy simpática, se reía de todo. El día anterior a la llegada a Raiatea, la mujer lo pasó fatal y decidieron en el puerto abandonar el crucero y coger un avión para Papeete y descansar.
Otra pareja a la que conocimos era de Nueva York, brokers de luna de miel. La chica era un poco morenita con el mal del tordo, “La cara flaca y el culo y las piernas gordas a rabiar”. Estaba operada de las dos rodillas y llevaba un anillo de compromiso de un brillante de muchos, muchos quilates en forma ovalada. Ellos vinieron a la excursión de la laguna azul de Rangiroa y lo pasaron mal, como todos. Estaban en el mejor camarote del barco, el del armador, pero no aguantaron los continuos meneos del barco y se bajaron en Bora Bora. Es muy arriesgado sin tener experiencia del mar, meterse en un tinglado del que no controlan la situación.
Una pareja de alemanes, que también se apuntaba a todo, tenía una curiosa manera de beber, junto con una cerveza se tomaban una copa de coñac.
Los que más contravenían las normas de convivencia del barco (no ir en traje de baño o descalzos por las zonas cubiertas, no cenar con pantalón corto los señores) eran los brasileños que no se comunicaban mucho con el resto del pasaje. Hacia el final si se comunicaron conmigo al saber que hablaba portugués y me preguntaban muchas cosas de España y Portugal.
Un padre y una hija hicieron el crucero juntos. El padre se movía con dificultad y la pobre hija era hasta mas feita que su padre. Niki, que  era una pilla y no perdía detalle de nada, pensaba como yo, que con lo que vale el crucero ya le podían haber operado de estética a la chica para arreglarle los dientes, la nariz, los ojos y la barbilla , que buena falta le hace. Al principio iba siempre con su padre y luego ya se soltó con la gente y se lo pasó muy bien.
Había un grupo de 2 parejas amigas, una más mayor de Luxemburgo y la otra de italiano y polaca. La polaca iba por libre, pasando del marido y le gustaba un montón llamar la atención y estar en todos los fregados de protagonista. Vicente la llamaba “su amiga” por no gustarle su forma de ser prepotente.

Hubo bastantes celebraciones de cumpleaños en el barco. Generalmente salían los camareros disfrazados con una tarta con velitas y le cantaban al homenajeado.

La seguridad en el barco dejó bastante que desear. No porque el barco no fuera seguro, sino porque quizá fue la primera vez que encontraron unos vientos tan fuertes y tan seguidos por esos mares, lo que hizo que la tripulación reaccionara tarde en el tema de asegurarlo todo frente al viento y al fuerte mar que tuvimos todo el crucero. Pasaron varios días hasta que se aseguraron con cuerdas las hamacas, bancos, mesas y elementos del restaurante. Se empeñaron en que todo fuera normal y se seguía usando la vajilla de loza y los vasos y copas de cristal, y claro, todo iba por el suelo o a golpes y se rompía. Al final se sacaron los platos y vasos de plástico, que se usan en las barbacoas de la playa, en los días de más movimientos y se procuraba entonces que sólo se movieran por el restaurante los camareros.
Sólo al principio pusieron unos cabos a ambos lados de la cubierta del Tropical Bar para facilitar el paso de un lado a otro de los pasajeros. Lo mismo lo pusieron al final en las cubiertas superiores. Hacían las cosas con dos o tres días de retraso. Si se hubiera hecho desde el principio, por si acaso, no se hubiera caído tanta gente por el suelo.

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La Polinesia Francesa
Pulsar para ampliarEs un conjunto de varios archipiélagos: Las Marquesas, Las Tuamutu, Las Gambier, Las Australes y Las Sociedad que se dividen a su vez en Islas de Barvolento o del Viento y las Islas de Sotavento. Ocupan una extensión mayor que Europa con lo que las comunicaciones entre islas solo se pueden realizar por barco o por avión. Muchas de ellas están deshabitadas o muy poco pobladas. En total hay unos 250.000 habitantes, de los que la mayoría residen en Tahití y sobretodo en la capital Papeete.

De la población nos llamó la atención el gran parecido que tiene la gente entre si, visto un hombre, parece que lo has visto ya más veces. Son grandotes y gordotes, con el pelo rizado, muy morenos de piel algo aceitunada y los ojos un poco achinados y saltones parecidos a los maories de Nueva Zelanda. Hay bastante mezcla de razas.
La mujeres llevan todas el pelo largo, abundante y rizado, aunque recogido en un moño con flores prendidas o con coronitas de flores rodeándoles el peinado o la cabeza.
Ellos suelen vestir bermudas de colores con camisetas o camisas muy floreadas, chanclas y ya está. Parece que vayan todo el día de playa.
Ellas van con vestidos muy ligeros y floreados de vivos colores o con el bañador y el pareo, del que tienen mil maneras de ponérselo.
También están rellenitas.
Lo que es común para todos es que se ríen a todas horas, saludan a todo el mundo y son muy simpáticos. Lo de las prisas no cuenta para ellos.
Tanto hombres como mujeres lucen tatuajes con unos dibujos muy característicos. Para ellos es casi algo sagrado, una tradición.
 
Pulsar para ampliarLas casas son de una planta, las normales parecen prefabricadas y muy ligeras, no muy grandes y colocadas sobre el terreno a medio metro de altura sobre pilotes, por supuesto con su jardín de macetas, es decir, cualquier cosa es una maceta y las plantas crecen por castigo. También tienen mucha chatarra en su parcela y trastos.
Hay muchas casas que parecen chabolas, hechas de cualquier material.
Las casas que estaban al borde de las lagunas, provocadas por los arrecifes de coral, o en la costa abierta tenían barquitas colgadas de unas estructuras sobre el agua. Las subidas de agua por las lluvias deben de provocar problemas y para no perder su medio de vida las preservan así.

La vida es muy cara. Cualquier cosa vale el triple que en Europa y los sueldos son muy bajos, unos 120 € . Tampoco hay mucho trabajo. Por eso la vida es difícil, pero están acostumbrados y no se les ve infelices.

La televisión en la Polinesia emite sus programas informativos en los dos idiomas, primero en francés y luego las mismas noticias se repiten completas pero en tahitiano.
Hay programas de enseñanza de la lengua local y los contenidos son fundamentalmente de asuntos de las islas.
Había dos canales: Tahití Nui TelevisiónPolinesia Televisión .

Nos llamó mucho la atención ver gallos y gallinas sueltas por todas partes y no eran nadie en particular. Comían de todo lo que picoteaban por ahí, sobre todo los restos de fruta que caía madura al suelo. Esto nos ocurrió en todas las islas que pisamos, Tahaa, Moorea y Tahití.

La vegetación de las islas es exuberante, espesa y verde a rabiar. El origen de la mayoría de las islas es volcánico y la tierra es negra y rica. Suelen ser islas montañosas en su centro, con formas muy caprichosas en sus cimas por las erupciones. Esto genera un fenómeno curioso. La atmósfera está muy clara y luminosa y el cielo es muy azul, pero si miras a tu alrededor siempre ves nubes sobre dichas montañas. Por eso en épocas de lluvia, llueve mucho y esto hace que las islas grandes tengan tanta agua y vegetación. Sin embargo en los Motus o islas más pequeñas es todo los contrario. La única vegetación que hay es palmeras, cocoteros y poco más.
La mayoría de las islas tiene a su alrededor un arrecife de coral que genera un laguna litoral con algún paso más profundo para la navegación. Esto hace que no haya muchas playas al uso. Son lagunas poco profundas. Sólo Bora Bora tiene playas más convencionales. La arena que encontramos en los Motus es finísima y está formada por coral muerto triturado.

Pulsar para ampliarEl color de las aguas de la Polinesia merece un capítulo aparte. La cromaticidad de sus aguas es difícil de explicar por su belleza. Los contrastes que se generan por la acción de los arrecifes hace que mirando en lontananza veas cientos de tonos de azules, como un arco iris, desde el azul más oscuro, al más claro, pasando por los verdes, turquesas, esmeraldas.....

No tiene nada que ver la vida de los grandes hoteles de cabañitas sobre las lagunas con la vida real de las islas.

Nos contaron una anécdota sobre las cabañitas. Pulsar para ampliarSuelen estar bastante juntas en un pantalán a un lado y a otro y como la mayoría de los ocupantes son parejitas de recién casados en su luna de miel, solo se oye la tele a toda pastilla para no oírse unos a otros.

El clima en la Polinesia es tropical. La época del año en que hemos ido a la Polinesia ha sido el invierno, la estación seca. Las temperaturas rondan todo el día desde los 25º hasta 28º grados. No varían mucho entre el día y la noche.
Amanece muy temprano, alrededor de las 6 de la mañana y anochece también muy pronto, antes de las 6 de la tarde.
El sol es muy fuerte cuando luce en todo su esplendor, aunque siempre hay alguna nube en el cielo y de vez en cuando chispea un poquito  y enseguida sale el sol otra vez.

Las noches son espectaculares. Lo mismo que pasa con el sol que es tan fuerte por la limpieza de la atmósfera, las noches ofrecen un panorama estrellado como sólo pudimos disfrutar en el desierto de Egipto. No hay contaminación lumínica en el mar y se pueden ver millones de estrellas, constelaciones y la Vía Láctea con total nitidez. Por eso era una gozada, después de cenar darnos un paseíto alrededor del barco para disfrutar de la contemplación de ese cielo tan estrellado.

En la Polinesia se hablan dos lenguas mayoritarias el francés y el tahitiano.
El francés por ser un territorio semiautónomo de Francia con su Presidente, Asamblea y Leyes..
El tahitiano es una lengua austronésica que se habla en Tahití y en las islas Sociedad. En el resto del Archipiélago lo entienden y hablan otras lenguas dialectales del tahitiano que se diferencian fundamentalmente en la pronunciación.
Hasta el siglo XIX sólo se hablaba el tahitiano. A partir de la llegada de misioneros ingleses, se propusieron iniciar la labor de transcribir  ese idioma vocálico utilizando para ello el alfabeto latino. Los sonidos, b, c (en su dos sonidos), k, l, s, x y z no se pronuncian.

Este idioma se originó por las inmigraciones y colonización de las diversas islas del Pacífico. Hay 38 lenguas fragmentadas en la Polinesia, algunas son entendibles, otras son sólo locales y puntuales.
A pesar de ser una lengua tan local ha exportado palabras a otros idiomas como por ejemplo:
Monoi: se denomina así al aceite de coco macerado con flores de tiaré, que es la gardenia tahitiana, flor emblemática de la isla.
Motu:  en tahitiano significa “isla” y se denominan e otros idiomas a los islotes de los atolones y arrecifes.
Pareo: en tahitiano significa  “tela” con la que ellos se envuelven de diferentes maneras, creando el traje tradicional tahitiano, tanto para hombre como para mujer.

Otros ejemplos de palabras  del vocabulario tahitiano son:

Castellano

Polinésico

Casa “Fare”
Banco “Fare Moni”
Iglesia “Fare Pure”
Tienda “Fare Toa”
Correos “Fare Rata”
Hombre “Tane”
Padre “Metua Tane” o “papa”
Marido “Tane Faaipoipo”
   

Castellano

Polinésico

Mujer “Vahine”
Hija “Tamahine”
Gracias “Mauruuru”
Bienvenido “Maeva”
Adios “Nana”
Océano “Moana”
Perla “Poe”
Perla negra “Poe Rava”
Cielo “Rai”

 

Pulsar para ampliarLas Religiones  en la Polinesia son variadas como en todos los sitios. La  religión que más abunda es la Protestante, seguida de la Católica y de la Evangélica. Además va aumentando la Mormona, Adventista y reductos muy pequeños de Judíos, Budistas, Confusionistas y Musulmanes.

Lo curioso es que cuando vas por cualquier carretera encuentras una señal de tráfico recomendando silencio por estar en una zona religiosa. En un corto espacio se encuentran tres o cuatro iglesias y el domingo es por tanto un día sagrado y todo está cerrado y van a sus respectivas iglesias y para facilitar los traslados están todas juntas.

Otra cosa que nos sorprendío mucho es que la mayor parte, por no decir todas, de las emisoras de FM que se podian captar en las diversas islas están en manos de las diferentes religiones y obviamente las utilizan para hacer proselitismo de su culto y creencia. Prácticamente no exsiten FM,s como las Europeas dedicadas a fórmulas musicales.


Principales Actividades Económicas  

El Turismo hay infinidad de hoteles en las islas que se han convertido muchos de ellos en Resorts de lujo, con las típicas cabañitas sobre el agua, con paisajes idílicos, excursiones fascinantes y sobretodo, calma, relax y para muchos famosos que las visitan, privacidad. Es el viaje soñado por infinidad de parejas de recién casados en su luna de miel. Sólo tiene un defecto, el precio. Los hoteles, el viaje de avión y la estancia es cara. Pero al menos una vez en la vida hay que darse un gustazo para disfrutar lo que la naturaleza nos ofrece, tan diferente a lo que nos rodea.

Pulsar para ampliarLa Copra es la pulpa seca del coco. En la Polinesia hay cocoteros por castigo. Para la obtención de la copra se pela el coco, se le quita la cáscara y se abre por la mitad. Se deja secar un poco para poder extraer la pulpa troceándola, se extiende sobre unas superficies planas al aire libre y se cubre por las noches para que no coja humedad. Una vez seca la pulpa se lleva a las fábricas donde se hierve o se vaporiza, para obtener el aceite de coco. Con el aceite se fabrican jabones y es parte integrante de muchos productos cosméticos. También se utiliza en alimentación, margarinas, bollería, chocolate, leche en polvo, quesos...... etc. Los residuos de la obtención del aceite se emplean como pienso y alimento muy nutritivo para el ganado. Las fibras que recubren el coco se emplean en la fabricación de cepillos, en rellenos de tapicería o en la confección de felpudos. Las cáscaras se queman como leña o para hacer hogueras que ahuyenten los mosquitos e insectos de las plantaciones de otros productos.

La obtención de las Perlas de Tahití, aunque parezca mentira es una explotación reciente, del último tercio del siglo XX. Siempre ha habido perlas en la Polinesia, pero se recogían buceando y con grave riesgo de que se acabara su obtención, ya que eran naturales.
En las lagunas de los atolones se encuentra una ostra diferente llamada “pinctada margaritifera” o de labios negros,  en los bordes del nácar el color es más oscuro por el pigmento que segregan.
En 1953 Gilberto Ranson, del Museo de Paris, propuso la regulación del cultivo de las ostras. Se hicieron estudios y a partir de 1973 un australiano, un joyero francés y un japonés empezaron a poner en marcha las granjas de ostras, enganchadas a unos hilos, encerradas cada una de ellas en una malla, para poder controlarlas y que sus depredadores no puedan dañarlas. En muchas lagunas de los atolones hay granjas de ostras. Los japoneses son los más expertos en el minucioso trabajo con las ostras y han enseñado la técnica a los polinésicos.
La ostra tiene que tener tres años de madurez. Tras este tiempo se abre y se le introduce como injerto, en la gónada, una esfera de un bivalvo de agua dulce de los ríos Missisipi y Tennesse en los EE.UU. A los dos meses se revisa su colocación y se vuelve a dejar en el agua 18 meses por lo menos, hasta alcanzar un espesor mínimo en la capa de Nacar de 0.8 mm. A partir de aquí ya se extrae la perla con un cuidado exquisito, como una operación de microcirugía.
Las perlas más caras son las esféricas perfectas, de las que hay pocas. No todas las perlas son del mismo color. Pueden variar desde el casi blanco, pasando por el amarillo, azul, berenjena, verde, gris y casi negras. Va depender de la transparencia de las diferentes capas. Eso les da ese tornasolado.
Lo más valorado es el brillo que puedan reflejar en su superficie, acompañado de la perfección de su forma. Son realmente caras.

Pulsar para ampliarLa Vainilla es el fruto de una orquídea americana, procedente de la zona de México y Guatemala. Los españoles, a su llegada, le pusieron de nombre vainilla por su parecido con las vainas de las judías verdes.
Parece ser que unos mil años antes de la llegada de Hernán Cortés a América ya se conocía por los indios aztecas totonacas en la América Central y se utilizaba la vainilla para aromatizar el cacao, aunque no conocían su cultivo y su proceso. Era casi una casualidad.
Los barcos  mercantes españoles la  llevaron como intercambio de mercancías a Filipinas desde el siglo XVI hasta el siglo  XIX. Y hasta mediados de este siglo no fue llevada por los marineros franceses a la Polinesia.
La vainilla es una planta trepadora que precisa de un soporte o estructura para crecer. Puede llegar a medir unos 35 metros enroscada. Ha de tener una humedad constante para su desarrollo. La planta no es madura hasta que no tiene 2 años y medio o 3 y entonces es cuando empieza a dar frutos.
Cada flor ha de ser polinizada a mano y nada más que germine, pues a las pocas horas se cierra al llegar la noche y si no, se ha perdido. Se poliniza con un palito, pasando el polen de un órgano a otro de la flor, sin dañar nada dentro del cáliz. El fruto tarda mucho en madurar, unos 9 meses. Hay que recolectarla cuando se hace oscura y se empieza a abrir. Las vainas se ponen a secar al sol 2 o 3 horas diarias sobre unas telas que luego se pliegan y se guardan para que sude en un lugar fresco, a temperatura constante durante la noche. Esta tarea se repite hasta que las vainas toman un color café y se hacen flexibles, aproximadamente durante 3 o 4 semanas. Entonces se ponen a la sombra y bien ventiladas entre 2 a 4 semanas. Es entonces cuando está lista para comercializarse. Es la 2ª especia más cara del mundo, después del azafrán.
El método de polinización manual, que se sigue utilizando hoy en el siglo XXI, lo perfeccionó un esclavo de la Isla de Reunión, en el océano Índico llamado Edmond Albius.
El 75% del cultivo mundial se desarrolla en las islas de Madagascar, Reunión y Comoros, en la costa africana del Índico. También hay en Indonesia,  Tonga, México y por supuesto Polinesia, principalmente en la isla de Tahaa.
Las propiedades de la vainilla como afrodisíaco son conocidas, ya que aumenta la circulación sanguínea del pene, y es muy buena para el sistema nervioso.
Es uno de los componentes de la Coca-Cola. En 1985 la quisieron sustituir por una vainilla sintética debido a su alto precio,  y como no gustó nada el nuevo producto, tuvieron que volver a usar la vainilla natural, para alegría de los cultivadores.
Se emplea en tantas cosas como saborizante de pastelería, bebidas,...... que es difícil relatar casi lo que no la contiene.
De la vaina se extrae un polvo al que llaman vainillina, que no tiene tanto sabor pero abarata su uso en algunos compuestos.

Pulsar para ampliarLas danzas polinésicas se iniciaron cuando no había tradición escrita del lenguaje y la historia y la cultura de sus antepasados se transmitía  de isla en isla a través de sus cantos y música. Las leyendas, además de cantadas, fueron representadas mediante la danza, acompañada de las músicas con los tradicionales tambores de madera hueca, con aberturas laterales de diferentes longitudes llamados Paru y Toere.
Las bailarinas se adornaban con tapa ( un tejido vegetal hecho de corteza de diversos árboles, que se arrancaba a tiras, se ponía a remojo en riachuelos, tras lo que se raspaba con conchas, se golpeaba con bastones para afinarlas y después se decoraban con plumas rojas y negras, conchas y nácar).
Los bailes, al llegar los misioneros católicos ingleses desaparecieron, pero renacieron a principios del siglo XX.
El baile o danza polinésica se caracteriza por los movimientos sinuosos, rítmicos y suaves de las caderas junto con las manos y los brazos.
Las chicas utilizan para bailar una falda de fibras llamada more complementada con un sujetador formado por dos medios cocos y en la cabeza lucen un tocado de fibras, nácar, conchas o semillas, yendo descalzas.
También utilizan para algunos bailes más lentos un pareo, vestimenta nacional, adornadas con coronas de flores en la cabeza.
Hay varios tipos de danza:
Pulsar para ampliarLa Aparima: es una danza suave que narra con sinuosos y lentos movimientos de manos la historia cantada sobre la vida cotidiana. Es acompañada de cantos con un fondo musical de ukele (instrumento de origen hawaiano) y percusión.
La palabra aparima proviene de la unión de otras dos que significan: “apa”- beso y “rima” – manos.
El baile Hivinau es una danza que se ejecuta en círculo con percusión y un solista al que le responden los danzantes.
El baile Pao’a es muy sensual. Los danzantes se colocan en semicírculo y una pareja sale al centro, improvisando los movimientos y los que los rodean los siguen golpeándose los muslos con las manos, para seguir la cadencia.
La danza Ote’a tane es un baile guerrero sólo para hombres,Pulsar para ampliar que flexionan las rodillas y las juntan y separan rítmicamente, moviendo fuertemente las caderas con un acompañamiento de instrumentos de percusión.
La parte femenina se llama Ote’a vahine y cuando participan los dos sexos Ote’a amui. Los pasos en estos dos casos son diferentes.
El baile Haka es masculino e imita los movimientos de los pájaros y la danza del cerdo.
La vestimenta es a base de materiales vegetales.
El Tamuré es la denominación reciente a un conjunto de danzas que se cantan con letra y música, alegres y divertidas y se bailan en pareja. Son las más representadas actualmente. Las chicas, con pequeños movimientos de los pies, sacuden las caderas moviendo voluptuosamente sus faldas con adornos de fibras sobre sus caderas, lo que aumenta el movimiento de sus cinturas. Los chicos están cerca de ellas para demostrar sus capacidades de poder.

Pulsar para ampliarLa Gastronomía Polinésica se caracteriza por el empleo de productos naturales y de elaboración sencilla.
La base fundamental es el pescado en todas sus formas: asado, cocido o crudo y de muchas especies como el atún, el bonito, el mahi mahi (llampuga en español) y pescados de las lagunas.
El plato estrella es el pescado crudo a la tahitiana, cortado en trozos pequeños, lavado con agua de mar, macerado con zumo de lima o limón y aderezado con algunas verduras de ensalada y sazonado con leche de coco acompañado de camarones de agua dulce.
Las frutas están siempre presentes en la cocina tahitiana: plátanos, piñas, papayas, mango, melón...Se sirven solas o troceadas, endulzadas con vainilla.

En las reuniones familiares o fiestas populares se prepara el tama’ara que es Pulsar para ampliar una comida tahitiana compuesta de lechones (cerdo), pescado, fruto del árbol del pan, etc. Se cuece todo en una olla que se entierra en un horno cavado en la tierra, colocándola sobre piedras ardientes y luego se sirve envuelto en hojas de banano.
La carne también se consume mucho pero proviene de Nueva Zelanda y lo más utilizado es el cerdo.
Hay otros componentes en su gastronomía como un tubérculo llamado taro, la fruta del árbol del pan, la cassava ( tapioca de yuca) que son muy utilizados.
La fafa es un plato compuesto de hojas de taro, parecidas a las espinacas.
El coco está presente en infinidad de preparaciones, tanto rallado, a gajitos crudo como la leche de coco que se extrae de prensar el coco fresco rallado.
La cerveza de las islas es la Hinano, de producción autóctona pero que a pesar de ello es cara y no digamos las que son de importación.

Los cócteles tanto alcohólicos como los batidos de frutas son muy habituales.

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Lo peor del viaje ha sido que el fuerte viento no nos ha abandonado en los 11 días de navegación y en algunos momentos ha sido muy molesto por los bandazos del barco, velero al fin y al cabo, aunque muy grande.

Aunque ha habido gente que por desconocimiento del mar no lo soportó bien, esto no ha sido óbice para que Vicente disfrutara como un enano de la navegación, el posicionamiento, las maniobras y todo lo que conlleva un viaje de este tipo, que era al fin y al cabo su deseo más sentido. Se han juntado dos deseos: Polinesia y navegación a tope.

Para mi, quitando esos dos momentos de mareito, me lo he pasado de cine, charlando con mucha gente, conociendo la Polinesia, que me hacía ilusión toda la vida, estando muy relajada y olvidándome del mundo. Por mucho que veas fotos, reportajes o leas sobre esta zona, no tiene color el poderla conocer en directo.

Lo mejor del viaje ha sido todo en su conjunto, hasta lo que parece malo, es una enseñanza positiva. El barco, la gente, la comida, los paisajes, los nativos, el clima, las aguas de todos los tonos de turquesa habidos  y por haber, la tranquilidad, los nuevos amigos y la sensación de desearlo, encontrarlo, conseguirlo y disfrutarlo ha sido una de nuestras mejores experiencias y vivencias en nuestras vidas. Un hito. Y además con una salud de hierro sin ningún tipo de problemas.

 
 

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© Polinesia Francesa 2008. v.1.2