indice del viaje

 

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Miercoles 28 de Abril Valencia, Madrid ,camino de Trujillo

Jueves 29 de Abril Trujillo, Montanchez, Merida, Trujillo

Viernes 30 de Abril Trujillo, Guadalupe, Valle de las Villuercas, Trujillo

Sabado 1 de Mayo Trujillo, Madris, Valencia


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Miercoles 28 de Abril de 2010. Valencia-Madrid-Trujillo.

 

 

Así es que el miércoles salimos de Valencia a mitad mañana. Pasado Madrid paramos a repostar y a comer en Las Esparteras, donde antes se comía muy bien y ahora ha bajado la calidad.
Llegamos al hotel hacia las 7 de la tarde. Nos recibe Joaquín, dueño del hotel y nos explica todo el funcionamiento de sus instalaciones. Hace una tarde espléndida y calurosa. El hotel consta de 5 habitaciones en el piso de arriba y de dos habitaciones en el patio, rodeado de plantas. Está decorado de forma sencilla pero acogedora.
Subimos a la habitación, deshacemos la maleta y descansamos un poco. Es grande con dos camas amplias y buen colchón. Sólo se oye el piar de las golondrinas.
Nos vamos al centro de Trujillo a dar una vuelta. Nos sentamos en un bar de la Plaza Mayor a tomar un refresco y de paso poder ver la actividad que se desarrollaba en el centro, ultimando los detalles de la Feria del Queso. Nos enteramos de que mañana vienen los Príncipes de Asturias a inaugurarla, celebrando el 25 aniversario de su creación. En el Centro, en la  parte más baja de la plaza, han montado una sucesión de stands para la exhibición, degustación y compra de quesos de Extremadura, Portugal, Galicia, Asturias y La Mancha, así como vinos de la tierra.
Nos encaminamos hacia el recinto amurallado del antiguo barrio de la Villa, atravesando la Puerta de Santiago. Siempre es precioso ver las casas y palacios que conducen por callejuelas intrincadas al Castillo. Pero la pena es que hay muchas calles en obras y es dificultoso caminar.
Como ya se ha hecho casi de noche nos volvemos al hotel. Conocemos a la esposa de Joaquín, que se llama Carmen y estamos un rato charlando sobre el alboroto creado en  Trujillo por la visita de los Príncipes, ya que han cortado todo el centro y está prohibido aparcar en toda la zona antigua, dificultando el tráfico.
No queremos cenar mucho y nos han comprado secreto ibérico, que lo hacen cortado muy finito y en la plancha muy churruscadito. Está delicioso. A Vicente le hacen dos huevos fritos de corral y a mí un revuelto de criadillas (setas de la tierra) con gambas. Para acompañar nos saca un poco de jamón y queso de cabra de la zona, que están riquísimos. Total, que cenamos más de la cuenta por estar todo buenísimo.
Charlamos con ellos, vemos un poco la tele y nos vamos a dormir.

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Jueves 29 de Abril de 2010. Trujillo, Montánchez, Merida, Trujillo.

Amanecemos el jueves sólo con el sonido del trino de los pájaros, que hay infinidad de ellos, sobre todo golondrinas.
Bajamos a desayunar y Joaquín nos ofrece un opíparo desayuno con jamón de york, queso blanco, pates de hígado y quesos para untar de la tierra, tostadas con aceite y mantequilla, zumo natural de naranja, leche y café.
Joaquín nos explica cosas de la ruta que vamos a seguir hoy.
Para evitar el tumulto de la inauguración de la Feria y la vista real, decidimos encaminarnos hacia Montánchez. Está a unos 40 Kilómetros de Trujillo por una carretera rodeada de bosques de encinas, enormes dehesas pobladas de todo tipo de animales: ovejas, cabras, vacas, cerdos, caballos  y hasta gallinas y ocas.
La vegetación este año está en su máximo esplendor debido a las numerosas y cuantiosas lluvias de este invierno. No puede haber más variedad de verdes, malvas, amarillos, rojos, blancos e incluso azules en las flores que pueblan las dehesas. Además no deja de sorprendernos la proliferación de cigüeñas en infinidad de nidos y volando,  buscando comida así como aves rapaces por todas partes del cielo. Tanta agua ha revivido el campo con lo que la comida para todo tipo de animales está asegurada y la fauna se ha visto gratificada para su reproducción.
Llegamos a Montánchez, que está subiendo a la Sierra del mismo nombre. Se encuentra a más de 700 m. sobre el nivel del mar. Las casas y calles están colgadas de la ladera. Damos una vuelta por el pueblo y como hay montones de tiendas y fábricas de embutidos y jamones, no sabemos a cual entrar. Le preguntamos a una señora del pueblo cual nos recomendaría ella y allí nos encaminamos. Como somos de morro flojo compramos un jamón y varios embutidos de la zona en una de las tiendas de Casa Bautista.   
Después nos encaminamos al Castillo, que está a más de 800 m. y subimos por una cuesta muy empinada hasta su interior. Está muy bien conservado. Fue reconquistado y reformado en 1230 por Alfonso IX. Entramos a la Iglesia de la Consolación, en el recinto del castillo, limpia y brillante por donde miraras, con unas plantas preciosas en su interior.
Al bajar la cuesta nos encontramos con dos señores mayores que todos los días suben al castillo , para estirar las piernas. ¡Qué envidia de vitalidad!
Al lado del cementerio, pegado al Castillo, hay una plazoleta con un bonito jardín con unas vistas increíbles con varias cruces de piedra de diversos tamaños donde hacemos una fotos.
Tras abandonar el pueblo nos dirigimos a Mérida que fue fundada en el año 25 a.C. por un legado del Emperador Augusto. Pronto se convirtió en la capital de la provincia romana de Lusitania, que comprendía buena parte de Portugal y Extremadura. Agripa, yerno de Augusto, mandó construir muchos de los monumentos de la urbe.
La Mérida que estamos viendo no tiene nada que ver con la que nosotros conocíamos. Ahora está muy urbanizada, con un centro totalmente peatonal y la han dotado de multitud de servicios y edificios singulares para eventos. Con eso de que es la capital de la Comunidad extremeña la han modernizado y arreglado a tope.
 Tenemos una suerte bárbara, ya que aparcar allí es la cosa más difícil del mundo y de casualidad encontramos un sitio estupendo para dejar el coche, ya que se encuentra cerca de todo.
Nos encaminamos a la ribera del rio, que está preciosa y el Guadiana baja con mucha agua, cosa que agradecemos, pues hemos llegado a ver el lecho del rio seco en alguna ocasión. Hay un paseo largo a su vera  poblado de árboles y plantas  de todo tipo que dan sombra y olor. Pasamos por debajo del Puente romano y luego subimos a su parte más alta. Es el más largo de los puentes romanos que se conservan en España con sus 792 metros de longitud. Damos una vuelta a la Alcazaba y nos dirigimos a la Plaza de España y a las calles aledañas. Encontramos un restaurante que nos gusta, Casa Benito y nos quedamos a comer. La calidad de la ensalada y la carne que nos sirven es inmejorable, así como el servicio.
Nos vamos paseando hacia el recinto arqueológico buscando la sombra, pues el calor aprieta como en verano.
Las taquillas no las abren hasta las cuatro y esperamos un poco tomando un refresco frente a una gran explanada del conjunto arqueológico. Dejamos pasar a unos grupos de niños y de jóvenes y comenzamos la visita por nuestra cuenta. Primero visitamos el Anfiteatro. Tiene una forma elíptica y fue inaugurado en el año 8 a.C. Su cabida era de 15.000 espectadores. La parte central de la arena tiene excavado un foso en forma de cruz que se piensa  estaba cubierto por un tablado y abajo se encontraban las jaulas de las fieras. A lo largo del perímetro hay 16 puertas, dos de las cuales están cegadas por la muralla. Se pueden ver bajo las gradas habitaciones, posiblemente para uso de los gladiadores.
Salimos por una puerta y accedemos al Teatro por la parte superior, que se construyó aprovechando la ladera del cerro Albín. Trece puertas dan acceso al recinto.
El graderío está dividido en tres sectores que respondían a la diferenciación social de la época. Fue construido en el 16-15 a.C. y remodelado varias veces. Tenía una cabida de unos 6.000 espectadores. Nos llamó la atención el recubrimiento que le han puesto a las gradas. Vas andando y es flexible el suelo, imitando en su aspecto la rugosidad de la piedra.
Lo más espectacular es el escenario con una gran columnata de capiteles corintios. Detrás de la escena hay un pórtico ajardinado, muy bien cuidado, que tiene un pozo en el centro.
Al lado se encuentran los restos de una casa-basílica con un suelo de mosaico.
Salimos del reciento con un calor sofocante y no nos apeteció entrar en el Museo, que lo dejamos para otra visita.
Bajamos andando por otra ruta y pasamos por el Foro y el Templo de Diana con una columnata de 30 columnas de capitel corintio,  que está en plena restauración el monumento y en  la construcción de un edificio que lo circunda.
Llegamos al coche y salimos hacia Trujillo. Entramos en el Supermercado Leclerc, que es nuevo y compramos las terrinas de queso que nos ha servido Joaquín en el desayuno. Por si no teníamos bastantes embutidos compramos más y encuentro unos soportes de macetas de hierro baratísimos que andaba buscando desde Pascua. Además Vicente elige cuatro botellas de vino de la tierra que tienen buena pinta y alguna cosa más.
Nos vamos al hotel y descargamos casi todo lo que hemos comprado para que nos lo guarde Joaquín en la nevera. Subimos a descansar un poco y refrescarnos. Más tarde bajamos y nos tomamos una cervecita mientras charlamos con Joaquín y Carmen de lo que hemos visto y hecho hoy y para que nos contaran la vista de los Príncipes de Asturias que comían después de la  inauguración de la Feria del Queso en el Parador de Trujillo.
Menos mal que esta vez no nos hemos quedado a dormir allí.
Joaquín y Carmen nos dan una cena estupenda, casera, bien hecha y excelente materia prima. Primero una crema caliente de puerros y luego unas chuletas de cordero con un sabor que aquí no encontramos, con ensalada para desengrasar. De postre fresas.
Nos subimos pronto para dormir ya que estamos cansados.

 

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Viernes 30 de Abril de 2010. Trujillo, Guadalupe, Valle de las Villuercas, Trujillo.

 

 

Hoy viernes nos levantamos un poco más tarde. Hemos dormido de maravilla. Bajamos a desayunar y estamos solos. Ayer se ocuparon dos habitaciones y se han ido pronto. Como ayer, desayunamos opíparamente y nos vamos, después de charlar un rato con Joaquín, a la Feria. Como aun no la han abierto nos sentamos en la terraza de un bar y tomamos un refresco.
A las doce abren el recinto y los jugos gástricos se nos ponen en marcha con los aromas de los cientos de variedades de queso que se exponen. Compramos crema de queso de Cabrales, quesos de cabra , Tortas del Casar, queso de oveja curado y como delicia quesos “amanteigados” portugueses, de los de comer con cucharita. En cada parada nos dieron a probar sus productos.
De repente dijimos que nos íbamos pues si nos quedamos un rato más lo comprábamos todo. Volvemos al Hotel y le enseñamos a Joaquín la compra y dice que hemos comprado lo mejor. Nos lo guarda en su nevera y tomamos un refresco  con un poco de queso para picar. Nos vamos otra vez al Leclerc a comprar un jamonero chulísimo, con los cuchillos incluidos y aceite de Extremadura.
Nos dirigimos al Restaurante La Majada y comemos allí. Todavía está un camarero al que conocemos desde siempre, aunque ahora está calvito y se ha dejado un gran mostacho. Después de saludar a Alfonso, el dueño, nos dirigimos hacia Guadalupe. Damos una vuelta por el pueblo y nos dirigimos a Cañamero, que se encuentra poco antes de subir hacia el Puerto Llano. Hay otras poblaciones que pasamos por el camino como Berzocana, Navezuelas, Roturas y nos dirigimos a Cabañas del Castillo. Es un pueblo muy pequeño que tiene ahora muy pocos habitantes con un Castillo en lo alto de un risco, desde el que se divisa todo el Valle de las Villuercas. En otra época tuvo una gran importancia debido a su ubicación, ya que ahí se refugiaban los habitantes de otros pueblos en épocas de guerras y se sentían protegidos.
El Municipio de Cabañas del Castillo está formado por cuatro pequeñas aldeas que son Solana, Retamosa, Roturas y el mismo Cabañas que se encuentra a más de 700 metros de altura. Todo este valle ya estaba habitado en la Prehistoria. Se han encontrado numerosas pinturas rupestres en las cuevas de la zona. El Castillo de Cabañas es una fortaleza árabe que se construyó en el siglo XII sobre los restos de otra construcción musulmana anterior. Fue reformado en el siglo XIV. Pasó a ser de la Orden de los Caballeros de Calatrava hasta el siglo XVIII que entró a formar parte del Ducado de Alba y más tarde del Duque de Frías.
Debido a la dureza del terreno y a la emigración, cada año disminuye la población.
Al salir del pueblo, por la carretera de bajada hacia la carretera principal, nos encontramos a un abuelete de nombre Jesús Porras, con 73 años, montado en un burrito blanco y acompañado por un perro que volvía al pueblo después de encerrar a las ovejas. Le preguntamos cosas del pueblo y un poco más y nos cuenta la historia y milagros de la época maqui de la zona, de los espías y no sé cuantas cosas más.
Continuamos la ruta por una carretera muy bonita, como todas por las que hemos circulado, hasta Deleitosa, donde nos incorporamos a la Autovía de Extremadura, camino de Trujillo. Nos llama la atención la cantidad de rapaces que sobrevuelan la carretera a la caída de la tarde en busca de caza de otros pájaros y animalillos que tras el fuerte calor salen de sus escondrijos.
Al llegar a Trujillo nos acercamos al bazar de los chinos buscando una nevera especial para coches que igual la puedes poner en calor que en frío. Me explico. Como la carne de esta zona es excelente, tanto el cerdo, como el cordero o la ternera retinta, se nos ocurrió que si la encontrábamos, mañana, antes de irnos para Valencia, podíamos comprar carne y llevarla con seguridad hasta casa. Pero no tuvimos suerte. Las que había eran muy pequeñas y sólo cabían 6 latas de refresco. Nuestro gozo en un pozo.
Llegamos al hotel y hoy llegan más huéspedes a pasar el fin de semana.
Subimos a la habitación y descansamos. Luego salimos a dar una vuelta caminando por el pueblo para estirar las piernas, ya que hoy hemos andado poco.
Tomamos un refresco y nos sorprende gratamente  Joaquín con que si que ha conseguido lo que le había pedido Vicente para cenar, esto es un chuletón de la tierra como Dios manda. No nos lo había asegurado por no saber el género que iba a tener la carnicería ese día.
Llegó la hora de la cena y nos ofrecieron  un gazpacho blanco de huevo frito, del que no habíamos oído hablar nunca, que estaba riquísimo. Para picar, queso y jamón del terreno.
Luego Vicente se cenó un chuletón de capitán general con patatitas de la tierra y yo solomillo ibérico con la misma guarnición. Todo estaba muy bien hecho. De postre fresas.
Tras la panzada de cenar charlamos y vemos un poco la tele y nos retiramos a dormir.

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Sabado 1 de Mayo de 2010. Trujillo, Madrid, Valencia.

 
 

 

 
 

Ya ha llegado el sábado y tras levantarnos recogemos todo y hacemos la maleta. Bajamos a desayunar, como siempre opíparamente y charlamos un rato con Joaquín que nos presenta a su cuñado que es ingeniero y de la rama industrial que tanto conoce Vicente. Como el mundo es un pañuelo, casi con toda certeza hace muchos años se debieron conocer en Ford cuando este chico fue a Valencia a dar un curso que había solicitado Vicente. Estuvimos un buen rato charlando sobre batallitas de sus tiempos en multinacionales y otros problemas de la situación actual de las empresas.
Mientras bajamos la maleta, Joaquín nos saca de la nevera las múltiples bolsas que nos había guardado. Lo colocamos todo en el coche y llenamos el maletero. Y eso que a la llegada solo llevábamos una maleta. Joaquín nos obsequia con dos barras del especial pan extremeño. Nos despedimos y ya muy entrada la mañana, casi al mediodía, salimos hacia Valencia. Los quesos los llevamos dentro del coche cerca de la rejilla del aire acondicionado para que no nos lleguen derretidos.
Tenemos suerte y la carretera no tiene nada de tráfico, aunque es un poco aburrida. Tarde paramos a descansar y a comer un poco, a la vez que repostamos.
Casi llegando a Valencia se pone a llover. Menos mal que el buen tiempo nos ha acompañado durante todo el viaje.
Llegamos a casa y llenamos el ascensor con parte de lo que nos hemos traído. Y eso que algunas cosas se han quedado en el coche, ya que son para Jávea.
Lo mismo que ha pasado con el ascensor ocurre con la nevera que ahora ha quedado  llena de quesos y fiambres.
Ha sido un viaje estupendo, relajado,  del que hemos disfrutado de todo.
Hasta la próxima.

 
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© 2010 Textos: Dulce Ballester. © 2010 Fotos: Vicente Bono. v.1.2