Lo positivo
El país es muy bonito. Todo está limpio y ordenado y la gente es educada, aunque no demasiado amigable. Le faltan infraestructuras hoteleras y de comunicación para facilitar el turismo. Split y Dubrovnic, con el turismo de cruceros, no cuentan con los servicios necesarios para absorber tanta gente desembarcando a la vez para visitar esas ciudades. El turismo de pernoctación no está desarrollado, así como la restauración. En estos sitios para estar en un buen hotel has de irte a varios kilómetros fuera de la ciudad.
Lo que más nos ha gustado es la Península de Istría. Los mejores hoteles, restaurantes y paisajes valen la pena. Hay muchas pequeñas ciudades con un gran encanto y cargadas de historia.
Ha estado muy bien organizado todo el viaje y no ha habido incidencias negativas. Los tiempos de visitas y tiempo libre han sido los adecuados. La planificación anterior a la salida del viaje fue larga y concienzuda pero ha dado sus buenos resultados.
Hay que destacar el “buen rollo” que ha habido entre todos los pasajeros, que la mayoría ya nos conocíamos, pero los que se han incorporado nuevos al grupo han sido fantásticos.
El buen tiempo nos ha acompañado el viaje, excepto en Zagreb que hacia frio y llovía un poco. Pero no nos impidió hacer nuestro recorrido.
Hemos contado con una guía, Maja Maras, extraordinaria en cuanto a su profesionalidad, deseos de agradar y de resolver sin alharacas todo lo que se le ha ido solicitando. Ha tenido una actitud muy cercana con todos nosotros.
Las demás guías locales han sido muy buenas y buenas, excepto la de Zagreb, de nombre Sandra, que era un poco pasota y contaba lo justo.
El chófer Drazen era muy profesional y no tuvimos ningún movimiento brusco ni peligroso en su conducción, a pesar de que las carreteras no eran anchas ni demasiado buenas.
El autobús era muy confortable y siempre lo tenía reluciente.
Las mejores comidas fueron en Sibenik y después la de Rovinj y las mejores cenas fueron en el Hotel Bastion de Zadar y la cena folklórica de Dubrovnic.
El mejor hotel por situación e instalaciones fue el Hotel Bastion de Zadar, seguido del Hotel Grand Park de Dubrovnic. Ambos contaban con el mejor buffet de desayuno.

Lo negativo
Hay dos cosas que no nos han gustado.
La primera es el hotel que se nos recomendó en el centro de Split, el Hotel Bellevue.
Es tan caduco que en los 40 años de antigüedad que tiene nunca ha sido renovado y está en unas condiciones lamentables como ya explicamos en el Diario del Viaje. Hay que eliminarlo de cualquier guía de turismo. Solo tiene de bueno la ubicación.
La peor comida fue en Zadar y la peor cena en el Hotel Bellevue en Split.
Por otro lado, como íbamos con las comidas y cenas incluidas con el menú programado de antemano, han abusado de los menús estándar, sin haber probado la gastronomía croata y habiendo comido prácticamente todos los días lubinas de ración, es decir, de piscifactoría, sin saber que otros pescados hay en el país. El acompañamiento del pescado ha sido casi siempre patatas con acelgas. No hubo gran variación de ingredientes.
Quizá para otros viajes convendría dejar libre alguna cena para que pudiéramos elegir el restaurante y el tipo de comida a probar.