índice del viaje

 

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Lunes 14 de Marzo, Valencia, Barcelona, Praga, Praga, Teplice

Martes 15 de Marzo, Teplice, Karlovy Vary, Loket, Marianske Lazne, Plzen

Miércoles 16 de Marzo, Plzen, , Hubloka, Ceske Budejovice,Cesky Krumlov

Jueves 17 de Marzo, Cesky Krumlov, Telc, Kutna Hora, Praga

Viernes 18 de Marzo, Praga, Nizbor, Karlstejn, Praga

Sabado 19 de Marzo, Praga

Domingo 20 de Marzo, Praga, Madird, Valencia

Bibiografía

 

 

 


Lunes 14 de Marzo de 201, Valencia-Praga-Teplice

 

 

Tras reunirnos ayer tarde Paqui, Antonio y nosotros en casa de Amparo y Luis para comentar los últimos detalles del viaje mientras comíamos buñuelos para quitarnos la posible añoranza de estar lejos en los días de Fallas, nos dedicamos a terminar y cerrar las maletas. Durante el día habíamos reservado entradas para el teatro negro de Praga y para hacer un crucero nocturno por el rio Moldava.
A las 9,15 de la mañana nos recogió un taxi a Amparo, Luis, Vicente y yo con nuestras maletas camino del aeropuerto. Allí nos estaban esperando Paqui y Antonio. Tras facturar nos sentamos en el bar de la terminal a tomar algo. Nos comunican que hay algo de retraso. Una vez en Barcelona salimos puntuales  camino de Praga. Llegamos  a la hora prevista y tras recuperar las maletas nos vamos a otro edificio para recoger el Monovolumen Ford Galaxy que habíamos alquilado previamente. La juerga vino cuando hubo que colocar todo el equipaje y acomodarnos nosotros.
Salimos en dirección a Litomerice. Cuando llegamos ya es de noche y la plaza principal no está muy iluminada. Aparcamos cerca de la Plaza de la Paz (Mirové námêsti) en una plaza de minusválido, ya que Vicente lleva la tarjeta que nos va a ser de gran ayuda durante todo el viaje. En la esquina está la Iglesia de Vsech svatych (Iglesia de Todos los Santos) que se remonta su construcción a 1280 aunque  la última reforma es de 1719. Entramos a verla y dentro hacía un frío glacial. Nos llama la atención las fachadas de los edificios de la Plaza con frontones renacentistas que son muy bonitas.

Como en el avión sólo hemos tomado un bocadillo, no muy apetitoso por cierto, tenemos hambre y nos sentamos en una cafetería para merendar unos montaditos muy sabrosos y unos sándwiches. Bajo tienen una cueva, como la mayoría de los edificios antiguos, en las que unas galerías a diferentes niveles las unen.
Tras reponernos damos una vuelta con el coche por la plaza y , aunque no se divisa muy bien, se distingue en una casa, la nº 15, la cubierta tan curiosa que está sobre el tejado, un cáliz muy grande con el que quería demostrar su dueño sus creencias políticas y religiosas, ya que es el símbolo de los husitas utraquistas.
Seguimos camino hacia Teplice con la ayuda inestimable de “Sergio”, la voz del Copilot Live del teléfono de Vicente. Se encuentra al Noroeste del país, en la Alta Bohemia. Sus orígenes se remontan a 1160 cuando la reina Judith fundó un monasterio. Ya se dice que desde 762 se conocen los manantiales. Pero es desde el siglo XII que ya existen registros fidedignos de su existencia.
Al llegar encontramos el Hotel Payer, tras pasar frente al Balneario, dentro de un parque en la plaza principal de la ciudad. Después de bajar las maletas y descansar un poco salimos a cenar  a un restaurante cerca del hotel, en la misma calle. Nos colocan al fondo en una mesa gigantesca y cenamos muy bien acompañando los platos con la típica cerveza checa.
Como estamos cansados nos retiramos para madrugar mañana.

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Martes 15 de Marzo de 2011, Teplice, Karlovy Vary, Loket, Marianske Lazne, Plzen

A las 7 desayunamos, volvemos a colocar el equipaje en el coche y damos una vuelta para ver la ciudad. Es un lugar de actividades termales, con aguas de elevada temperatura.
Seguimos camino hacia Karlovy Vary.  Se encuentra en la Bohemia Occidental. Es conocida también como Karlsbad. Debe su nombre al emperador Carlos IV, ya que especialmente  uno de sus perros de caza fue el que descubrió el primer manantial en el año 1358. A partir del siglo XVIII se convirtió en uno de los mayores balnearios del mundo. Se encuentra a los pies de los Montes Metálicos (Krusné Hory) en el valle del rio Teplá que significa caliente, ya que en invierno sus aguas no se hielan antes de su confluencia con el rio Ohre.
Nada más entrar ya vemos la panorámica de la ciudad con unos edificios preciosos y señoriales. Aparcamos y nos dirigimos hacia la orilla del rio.  Pasamos por delante de una tienda donde vendían las típicas obleas de barquillo  de la zona y nos llamó la atención una máquina que las hacía. Frente a nosotros había aparcados coches de caballos ydecidimos dar una vuelta por la ciudad con tan turístico transporte. La que guiaba el carro era una chica ataviada con un alto sombrero de copa.Cuando llegamos al lado del surtidor bajamos y entramos en un recinto cubierto que resguarda un alto surtidor de aguas calientes llamado Vridelni kolonada, el más antiguo y caliente de la ciudad frente a la Iglesia de santa María Magdalena. En la entrada había tiendecitas que vendían las típicas jarritas para tomar las aguas y varias fuentes de donde manaban aguas de diferentes temperaturas (70º, 50º y 30º) . La verdad es que estaban algo sulfuradas y calientes no apetecían mucho.
Seguimos el recorrido y al llegar al final de trayecto,  antes de dar  la vuelta, las chicas nos bajamos del coche de caballos y nos quedamos  por allí viendo tiendas por las calles Stará Louka y Nová Louka, ambas paralelas que discurren a ambos lados del rio Teplá y aprovechamos también para hacer fotos. Mientras, los chicos volvían con el coche de caballos hasta donde lo habíamos cogido para ir a recoger el coche y venirnos a buscar. Nos reencontramos frente a la Columnata del Molino, compuesta por 124 columnas corintias que sujetan el techo. Fue construida de 1871 a 1881 por Zitek Josef. A su lado está el Spa III, institución militar de posterior construcción en 1867 por Hain Labitzky.
Tras refrescarnos un poco subimos al coche y damos una vuelta por la ciudad. Hay mucha gente y es eminentemente turística.
Salimos en dirección a Loket. Se encuentra en una colina elevada sobre el rio, que a sus pies forma un meandro. Aparcamos el coche y recorremos la calle principal que se abre a una plaza rodeada de casas de bella factura, algunas de ellas renacentistas y barrocas. En el centro se encuentra una columna que recuerda la peste de 1718 y también podemos ver el Ayuntamiento de estilo barroco, que data de finales del siglo XVII. Es un pueblo muy bonito y entrañable.
Como es la hora de comer entramos en el restaurante Atmosféra. La comida es muy buena y barata.
En lo más alto de la colina hay un castillo de orígenes románicos, habiendo sido reformado en distintas épocas. Ahora hay un museo que expone porcelanas, recuerdos de Goethe y un meteorito de 108 Kilos que apareció en 1775 en el pozo del Castillo.
Desde allí hay unas vistas espectaculares del pueblo y del curso del rio.
Volvemos al coche y continuamos por carreteras secundarias en dirección a Mariánské Lázne. El paisaje que nos rodea es espectacular y precioso con espesos bosques de abetos de una altura impresionante con unos troncos absolutamente rectos. Por allí ha nevado y el contraste del verde de las hojas de los abetos, que salen directamente desde la base del árbol, y los múltiples lagos helados que encontramos, nos hacen el trayecto delicioso.
Llegamos a Mariánske Lázne y ya desde el principio nos encanta, gustándonos más que Karlovy Vary.  Aparcamos y nos dedicamos a pasear por un parque rodeado de jardines muy cuidados, contemplando todos los edificios que se divisan desde allí, de una gran belleza.
También se la conoce como Marienbad. Su actividad termal se remonta a 1818 a cargo de una abad y de un médico alemán.
Tras atravesar el parque  Sady Vaclava Skalnika, donde en su final se construyó una columnata de hierro forjado y vidrio  entre 1884 y 1889, de gran belleza con techos pintados y artesonados de madera, la Kolonada. Donde acaba se encuentra una construcción a la que se accede por una escalinata, la Krizovy Pramen (Fuente de la Cruz)  donde se encuentran los nacimientos de dos manantiales y fuentes donde beber aguas tibias y  otras ligeramente gaseadas y frías.
Al salir compramos en una tienda cajas de los barquillos típicos de la zona, que por cierto están buenísimos.
A la vuelta hacia el coche en la plaza Namesti J.W.Goethe entramos en una iglesia en la que hace un frío insólito, ya que en la calle se está muy bien, con un sol espléndido. Es de planta circular y se llama Nanebevzeti Panny Marie (Iglesia de la Asunción)  y se construyó a mediados del siglo XIX.
Damos unas vueltas con el coche por la ciudad y emprendemos el camino hacia Pilzen.
Pilzen se encuentra en la confluencia de 4 ríos que a su vez forman el rio Berounka. Este hecho le dio una gran importancia al lugar en la antigüedad debido a la encrucijada de comunicaciones, lo que dio paso a un asentamiento que en 1295 se convirtió en ciudad.
Ahora es una ciudad eminentemente industrial con dos industrias punteras en Chequia. Por un lado la Fábrica de vehículos Skoda y por otro la Fábrica de Cerveza Pilsner Urquell. Es la cuarta ciudad más habitada de todo el país.
El origen de la cerveza en la zona se remonta a años muy remotos. Se tiene constancia del cultivo del lúpulo en 1073, siendo el primer dato registrado. La base de la cerveza es el  lúpulo, el agua blanda y la malta fermentada.
En 1627 surgieron las primeras cervecerías.
En 1839 se fundó la primera fábrica con la colaboración de un cervecero alemán bávaro.
Entramos en la ciudad y pasamos frente a la  Velka Sinagoga, la tercera más grande del mundo y la segunda europea después de la de Budapest. Nos dirigimos al Centro histórico formado por una gran Plaza, la Námesty Republiky, de forma rectangular con unas proporciones de 193 m. por 139 m. En su centro se encuentra la Catedral de San Bartolomé dedicada al santo que nació junto a la ciudad. El edificio fue terminado en 1470. Tiene una torre de 102,26 metros, la más alta de toda Chequia. En el altar se encuentra la Virgen de Pilzen.
En su interior estaba todo muy oscuro y no la pudimos visitar.
La Plaza está rodeada de edificios góticos, renacentistas o barrocos de gran belleza, destacando el del Ayuntamiento de hechuras renacentistas del año 1560. Fue reformado a principios del siglo XX y de entonces se conserva la decoración esgrafiada de su fachada.
Damos una vuelta paseando por la plaza y las chicas vamos a la oficina de información a que nos recomienden cervecerías para cenar. Buscamos la más cercana, que es la más antigua y típica, justo al lado del museo de la cerveza, el Pivorarské Muzeum,  cerrado por cierto, con el ánimo de reservar para la noche, pero nuestra sorpresa es doble. No hay sitio a ninguna hora y está justo enfrente del Hotel Courtyard by Marriott, donde vamos a dormir. Mientras los chicos van a por el coche nosotras preguntamos por otras cervecerías próximas y desde recepción nos hacen la reserva.
Descansamos, abrimos maletas y nos reunimos abajo para ir a cenar. El sitio se llama U Mansfelda y de entrada nos sirven jarras de cerveza. Al poco nos sentamos en la mesa y nos pedimos codillo para cenar y para empezar sopa de tomate, que está deliciosa. El codillo se hace esperar, ya que lo hacen al momento asado y está buenísimo.
Para rematar nos sirven un aguardiente típico y acabamos todos muy contentos.
Ante lo que nos hemos metido entre pecho y espalda es necesario dar una vuelta para quemarlo todo. Paseando nos encontramos con un restaurante que se llama “El Cid”, de tapas, con un cartel de las Fallas de Valencia de este año en checo. Preguntamos por el dueño, que no está pero es checo ahora. Pasamos por un edificio muy bonito con los techos artesonados de madera, un local de música.
Volvemos caminando hacia el hotel y nos despedimos hasta mañana.


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Miércoles 16 de Marzo de 2011, Plzen, Hubloka, Ceske Budejovice, Cesky Krumlov

 

 

Amanece un poco nublado. Como ayer desayunamos pronto y tras colocar todo en el coche nos encaminamos hacia Hubloká nad Vlotavou. Antes de llegar paramos en una carretera al lado de varios lagos alrededor de los cuales hay una enorme zona de acampada y casitas de madera a la orilla del lago, provenientes sus aguas del rio Moldava, todo el entorno de gran belleza. Hace bastante frío.
Llegamos al Castillo que es espectacular. Su origen se remonta al siglo XIII  en que se construyó como una fortaleza por los reyes de Bohemia. Se reconstruyó en el siglo XVI en estilo renacentista. Más tarde lo fue en estilo barroco en los principios del siglo XVIII. La tercera reconstrucción fue a mediados del siglo XIX con un estilo neogótico. A lo largo de los años fue residencia de varias familias  aristocráticas bohemias hasta que en 1661 pasó a ser de los Schwarzenberg.
Entramos en el Castillo siguiendo a un guía checo y nos enseña las habitaciones de los últimos moradores, todas ellas decoradas con trofeos y armas de caza, afición que practicaba por todo el mundo el doctor Adolfo Schwarzenberg, que murió joven en África.
Al salir nos fijamos en las enormes puertas con unos originales pomos.
Al lado del castillo hay un hermoso invernadero- galería que sirve de unión entre el castillo y otro edificio, ahora ocupado como sala de exposiciones. Los jardines están muy cuidados con muchos jardineros que están trabajando para reponer plantas muertas por los rigores del invierno.
Ahora nos dirigimos a Ceské  Budejovice.
Es la ciudad más grande de la Bohemia meridional con casi 100.000 habitantes. Su fama viene de la producción de la cerveza Budweiser. Sus orígenes se establecen en 1265 cuando era un lugar muy transitado por las rutas comerciales en las que se cambiaba la sal y el vino que provenían de Austria por la plata que se extraía de las minas de la zona.
Entre los años 1824 y 1832 se construyó la primera línea de ferrocarril con los coches remolcados por caballos, cubriendo una distancia de 129 Km. hasta llegar a Linz. Esto duró hasta la aparición de las máquinas de vapor y cesó su actividad en 1872.
Llegamos a la Námesti Premysla Otakara II, la plaza principal de forma casi cuadrada de 132 m. por 137 m., rodeada de casas porticadas que en su tiempo era la plaza del mercado. En el centro hay  una enorme fuente, la Samsonova Kasna, que data de 1726, y es la más grande del país. Cerca de la fuente hay una piedra grande coronada por una cruz que señala el lugar donde se erigió un cadalso.
En una esquina se encuentra la Torre Negra de 72 m. de altura terminada de construir en el año 1577, de estilo gótico-renacentista.
En un lateral se encuentra el imponente Ayuntamiento con una fachada coronada por tres torres, y en la del medio con una enorme campana. Se pueden observar cuatro estatuas que representan las virtudes burguesas: justicia, valor, sabiduría y valor. Hay escudos de la nación, de la ciudad y de algunos personajes locales.
Los chicos se quedan en una cafetería-cervecería tomando café mientras nosotras entramos en una joyería para empezar a ver las joyas hechas de plata u oro con granates, piedra típica de Chequia. Los dueños son un matrimonio mayor que nos lo enseñan todo y son muy amables. Al final les compramos algunas cosas. Nuestra intención es pasear algo más por el centro pero al salir de los pórticos nos atraviesa un aire gélido y además empieza a llover, así es que volvemos a buscar a los chicos y nos tomamos algo calentito.
Reanudamos el camino hacia Cesky Krumlov.
Como se va acercando la hora peligrosa de quedarnos sin comer, ya que por el camino no encontramos restaurantes abiertos,  paramos en un restaurante a la entrada de la ciudad y es la peor comida que hacemos en todo el viaje. Todo parecía de sobre menos la cerveza y encima se equivocaron con los platos que pedimos y no fue barato en comparación con los otros restaurantes donde habíamos comido. En fin, todo escribiente tiene un borrón.
Cesky Krumlov tiene su origen como ciudad desde el siglo XIII. Ocupa un meandro del rio Moldava. Su casco antiguo está protegido por la Unesco desde 1992. Es un pueblo precioso en la totalidad de su conjunto. Parece de cuento al verlo desde las alturas del castillo.
Llegamos al hotel Bellevue, que está en la parte antigua de la ciudad, pero fuera del meandro, que es toda peatonal. Bajamos las maletas y aparcan el coche los chicos en una plaza de minus, la única que hay cerca. Descansamos un poco. Vicente se queda en el hotel y el resto nos vamos de paseo. Visitamos el recinto del Castillo por la parte de fuera, ya que hasta abril no lo abren al público. Cruzamos un puente y en el foso hay dos osos. Nos encontramos con una boda japonesa con los invitados a la boda y a los novios que bajan del Castillo. El Castillo está elevado sobre una colina y desde sus murallas hay unas vistas espléndidas de toda la ciudad. Por último nos asomamos a la torre pero no subimos, ya que está cerrado el acceso.
Luis se retira al hotel y nosotras seguimos con Antonio paseando. Nos detenemos a comprar chocolate, antojo de Paqui y más adelante entramos en una de las muchas joyerías que hay en la calle. Entramos en otra y compramos pendientes y una sortija. Hay tanta variedad de joyas con granates que es difícil elegir, y además está el regateo, que lo empiezan los mismos vendedores.

Al salir no encontramos a Antonio, que se había adelantado. Nos preocupamos y al final aparece tan tranquilo. En vista de que nos íbamos a parar en más tiendas decide que también se va al hotel. Pasamos por un puente de madera sobre el rio y entramos en la zona encerrada en la península que forma el meandro.Llegamos a la plaza principal, la Namesti Svornosti (Plaza de la Concordia). Está rodeada de edificios antiguos, muchos de ellos renacentistas. En el centro hay una columna de la Virgen de 1716. Allí mismo se encuentra el Ayuntamiento, construido en 1580, con un friso renacentista de pequeñas columnas y los escudos de la nación. Seguimos por la calle Horni donde se encuentra la Iglesia de San Vito. Es un notable edificio gótico que se levantó en la primera mitad del siglo XV. No pudimos ver su interior porque estaba cerrado.
De vuelta entramos en alguna otra joyería y Amparo y Paqui se compraron pendientes.
Buscamos un restaurante que yo ya tenía buscado desde Valencia y reservamos mesa para esa noche. Se llama Krema v Satlavské ulici. Está en los bajos de un edificio renacentista reconstruido. Son varias cuevas comunicadas con mobiliario y decoración medieval. Todo lo que sirven lo hacen en una parrilla con brasas a la entrada.
Volvemos las “Maris” al hotel, después de comprar agua en el súper. En recepción está Vicente y luego baja Antonio, que se va a dar una vuelta.
A las 8,15 nos reencontramos en recepción y nos vamos caminando hacia el restaurante. Por el camino hacemos fotos nocturnas del Castillo en el puente de madera que iluminado está precioso.
Nos colocan en uno de los comedores para nosotros solos y claro lo primero que nos sirven es cerveza. A continuación pedimos sopa de cebolla servida dentro de un pan negro, queso gratinado a la parrilla y carnes a la brasa, cordero y solomillos de ternera. Todo está buenísimo. De postre probamos el Apfelstrudel. A la salida hace buena noche y volvemos paseando hacia el hotel.

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Jueves 17 de Marzo de 2011,Cesky Krumlov, Telc, Kutna Hora, Praga ,

 
 

 

 
 

Amanece chispeando y antes de irnos damos una vuelta con el coche por el pueblo para verlo desde otros ángulos. Por todas partes hay pensiones y hotelitos.
Salimos en dirección a Telc. El camino está plagado de bosques, lagos y estanques artificiales que se construyeron en la edad media y hoy sirven de piscifactoría para las truchas y las carpas. Muchos de ellos están helados todavía de los intensos fríos de este invierno.
Llegamos a Telc y está lloviendo. Está rodeada de tres estanques piscícolas en los que se ve reflejada. Está protegida por la Unesco.
 Al entrar en la plaza principal, la Namesti Zachariase z Hradec, parece que se haya detenido el tiempo por la tranquilidad y la armonía que se siente. Es muy grande e irregular, con una superficie triangular  rodeada de preciosas casas porticadas, góticas o renacentistas, que en si forman un conjunto homogéneo en sus alturas y de indudable belleza.
Casi todos los comercios están todavía cerrados a pesar de que son más de las 10 de la mañana. Como hace un día inestable y frio entramos, por recomendación de una señora del lugar, en la pastelería de la plaza que muestra en su vitrina apetitosas tartas y pasteles recién hechos. Nos reencontramos allí con la misma señora que nos hace un panegírico de las bondades de los dulces que en esta pastelería se elaboran. Paqui y Amparo no se resisten a probar alguno.
Después del cafetito nos dirigimos los seis a la vez a los servicios públicos, que están relucientes y con la calefacción puesta. Vicente se va a comprar pilas para la máquina de fotos de Paqui y de paso me compra cuatro reproducciones de las casas de la plaza que son preciosas y me hacen mucha ilusión.
Nos dirigimos hacia Kutná Hora.
El día sigue lluvioso pero la carretera es muy bonita. Por todas partes vemos lagos, estanques y ríos, lo que le da un aspecto diferente al paisaje. Hay grandes extensiones de prados que ya empiezan a verdear.
Kutna Hora es una ciudad artística en su conjunto. Desde 1995 es patrimonio de la Unesco, es decir, de la Humanidad. Tuvo su máximo esplendor en los siglos XIII y XIV debido a la explotación de la plata, de la que se decía que se encontraba hasta en los sótanos de las casas. Aquí se instituyó la Fábrica de Moneda del Estado. Pero al aparecer plata en el Nuevo Mundo hizo bajar el valor de este mineral y comenzó su decadencia.
Damos una vuelta con el coche y aparcamos en el centro. La plaza principal es la Palacheko Namesti rodeada de casas antiguas.  En la calle Sultysova , muy cerca, se erigió una columna en 1715 en conmemoración de la Virgen.
Lo primero, por la hora, es buscar sitio para comer, así es que después de dar un pequeño paseo y hacer fotos entramos en un restaurante en el que no tienen mesa para los seis y buscamos otro. Como las mesas de fuera están llenas nos conducen a un enorme comedor para nosotros solo con una mesa cuadrada de madera maciza de gran tamaño y sus sillas que parecen salidas del coro de una iglesia. Aquí algunos tomamos una sabrosísima sopa de Gulasch, como no la habíamos tomado antes. Los demás se piden sopa de ajo buenísima. Los platos son muy abundantes y fenomenal de precio. Por supuesto, no ha faltado la cerveza.
Al salir está lloviendo. Hacemos fotos de la Kamenny Dum, una casa gótica de 1490 que ahora se usa como centro de exposiciones de la vida minera de la ciudad. Decidimos ir a la Iglesia monumental que hemos visto al entrar. Es la Iglesia de Santa Bárbara, patrona de los mineros. Nos metemos por unos sitios muy bonitos y estrechos, pero no hay salida y tenemos que volver marcha atrás. Al final encontramos el camino correcto y aparcamos frente a la Iglesia. Es espectacular en su exterior con  tres torres que asemejan una tienda y se divisan de todas partes.
Están de obras de acondicionamiento en su alrededor y entramos en el templo. Su origen es gótico con unas naves altísimas, unos vitrales preciosos, pintados sobre vidrio, que datan de 1913, y unos altares barrocos en las capillas de gran belleza. Destaca el enorme órgano profusamente decorado. Lo más llamativo es que se conserva en un lateral un grupo de asientos góticos, profusamente tallados, de 1490, que se encuentran en perfecto estado de conservación.
A la salida nos damos un paseo por una calle, la Barborska ulice, que bordea un enorme edificio que era un antiguo colegio Jesuita que al ser expulsados se convirtió en un cuartel y ahora lo están reconvirtiendo en salas de exposiciones y actividades culturales. Al otro lado de la calle hay 13 estatuas barrocas de principios del siglo XVIII que recuerdan las del Puente Carlos de Praga.
Salimos hacia Praga. Nada más llegar al Hotel Jalta los chicos se van a recoger las entradas del Teatro Negro para mañana. Descansamos un rato y salimos a dar una vuelta. Está lloviendo y como hemos comido muy bien no tenemos mucha hambre, entonces decidimos comernos unas salchichas debajo de una sombrilla en alguno de los muchos puestos que hay  en la calle. Tras terminar, las chicas entramos en algunas tiendas y los chicos nos esperan en la cafetería del hotel.
Estamos en la Vaclavske Namesti, la calle más animada de Praga, con hoteles, restaurantes, tiendas y locales de juego. Es un ir y venir de personajes de todo tipo. Cerca están los cabarets, teatros y cualquier lugar de ocio. Cerrando la larga plaza se encuentra el imponente edificio neo renacentista que alberga el Museo Nacional desde 1890. A un lado hay un edificio moderno como continuación de las exposiciones.
Al otro extremo se encuentra la encrucijada de la Cruz de Oro, cerrada por la mayor calle peatonal de Praga , Na Prikope, construida sobre un antiguo foso que rodeaba la ciudad vieja. Ahora está repleta de tiendas, cafeterías, palacios y una iglesia.
Nos sentamos con los chicos a tomar algo en la cafetería del Hotel y a charlar y nos despedimos hasta mañana.

 
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Viernes 18 de Marzo de 2011, Praga, Nizbor, Karlstejn, Praga  

 

Esta mañana cuando me he asomado a la ventana estaba lloviendo y a la vez nevando.
Como la previsión para hoy es mal tiempo cambiamos de ruta y decidimos salir fuera de Praga.
A medida que nos vamos acercando a la salida de Praga la nevada va aumentando y al salir de la ciudad ya está todo blanco. El paisaje está precioso. Paqui no lo puede disfrutar ya que no se encuentra en las mejores condiciones.
Nos dirigimos a Nizbor. Es un pueblo pequeño conocido por la fábrica de cristal de Bohemia, que se exporta a todo el mundo. Paramos a tomar café y a partir de aquí Paqui ya se encuentra mejor. Vamos a la fábrica Rückl  y nos la enseñan. Empiezan por indicarnos los ingredientes para conseguir la pureza del cristal. Luego pasamos a la zona de los hornos, donde se moldean y soplan las piezas. Después entramos donde revisan las piezas y rechazan o aceptan lo que les llega para remitirlas a la zona donde hay un montón de hombres y mujeres que cada uno de ellos hace una parte del grabado de las piezas según el diseño. Es un trabajo muy duro y artesanal.
Por último pasamos a la tienda donde podemos ver el resultado del proceso y compramos cosas que están muy bien de precio.
Ahora seguimos camino del Castillo de Karlstejn. Todo está nevado y vamos por carreteras estrechas, pero no hay problemas.
Llegamos al lugar y nos dicen que hay que aparcar en el parking y subir andando una cuesta muy pronunciada y larga, atravesando unas calles llenas de tiendas y restaurantes. Como llevamos la tarjeta de minus subimos con el coche hasta la misma puerta del Castillo. La sorpresa es que la visita solo puede ser guiada y para hacerlo en inglés hay que esperar más de una hora, lloviendo y con un frío considerable. Hacemos fotos del Castillo y decidimos no esperar. Nos encontramos con un grupo de jóvenes estudiantes que están de Erasmus en Praga y nos cuentan que hace dos semanas hizo un frio polar.
El Castillo de Karlstejn fue construido y fundado en la mitad del siglo XIV por el rey Carlos IV como fortaleza para guardar las joyas, documentos y reliquias valiosas de la Corona. En 1619 salieron de allí todas las joyas de la Corona y cayó en desuso y abandono. A finales del siglo XIX se realizó una restauración total muy fantasiosa. Está sobre una peña con el curso del rio Berouka a sus pies. Los edificios que lo componen están a varios niveles, adaptándose a los desniveles de la roca.
Nos bajamos y pretendemos comer en uno de los restaurantes de la entrada, pero se ponen un poco desagradables los dueños de una tienda y un restaurante por aparcar con la tarjeta de minus en su acera, al lado de una plaza especial específica cuando en realidad no hay gente y pierden clientela con nosotros, y como no vale la pena discutir, los que pierden son ellos y nos vamos al restaurante del parking que se llama U Elisky. Comemos de maravilla y el servicio intenta hablar español para agradarnos. Es curioso. El local está lleno de jóvenes que han venido de excursión y no se oye mucho ruido para la cantidad de gente. Son muy educados.
Volvemos a Praga y ya no nieva. Nos quedamos descansando hasta que nos volvemos a reunir para ir al Teatro Blanik, que está enfrente del hotel. Al entrar vemos que nuestras localidades reservadas están ocupadas y Vicente pide explicaciones al respecto. Nos dicen que ha sido un error informático ya que no están numeradas las entradas de los que las han comprado en taquilla y nos piden disculpas. Menos mal que en la fila de atrás están las mismas localidades libres.
El espectáculo de teatro negro se  llama “WOW”. Se trata, siguiendo un hilo conductor, de una historia en la que se desarrollan escenas con música, bailes y pantomimas con fondo negro, luces ultravioleta y vestimentas fosforescentes, formando realidades virtuales y efectos especiales. A lo largo del show hicieron caer una lluvia pulverizada sobre el público, tiraron unas pelotas gigantes de colores para que las hiciéramos volar los del público en todas direcciones. Luego soltaron montones de globos y por último los actores, vestidos de arañas, comenzaron a deslizarse por encima del patio de butacas sobre el público, con los consiguientes gritos y risas.
A la salida paseamos un poco y nos metemos en una de las mil galerías que hay, que están a su vez trufadas de restaurantes y tiendas. Elegimos un sitio y cenamos.
Volvemos al hotel y ya nos retiramos.

     

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Sabado 19 de Marzo de 2011, Praga

Hoy madrugamos un poco menos y nos dirigimos con el metro al centro de Praga. Cogemos la Línea Verde y bajamos muchísimo con unas escaleras mecánicas muy empinadas hasta el andén. A la tercera parada salimos a la superficie.
La ciudad está dividida en varias zonas: Stare Mesto es la Ciudad Vieja y Nova Mesto es la Ciudad Nueva. Otros barrios a visitar son Mala Strana y Hradcany al otro lado del río.
El centro de Stare Mesto es la plaza Staromestske Namesti. Como es casi la hora nos vamos de prisa para asistir al toque del reloj astronómico que se encuentra en la fachada del Ayuntamiento, en su torre. A la 9 hace su primer pase. Se abren unas ventanitas y por detrás se ven como desfilan una serie de figuras como Cristo y los Apóstoles. Desde lo alto de la torre un  hombre disfrazado hace un toque de trompeta. En el centro de la Plaza han montado un mercadillo de artesanía y gastronomía que aun no lo han abierto. En un lateral hay un enorme monumento de bronce a Jan Hus de 1915. Se inauguró con motivo de la celebración del quinto centenario de la muerte en la hoguera de este personaje y se ha convertido en símbolo del nacionalismo checo.
A Jan Hus se le considera también el precursor del protestantismo que extendió Lutero años más tarde. Fue sacerdote, teólogo, filósofo y reformador que ejerció como maestro en la Universidad de Praga. A su muerte en 1415 sus seguidores tomaron el nombre de husitas. Su arresto anterior provocó un resentimiento considerable en Bohemia y a su muerte, al ser ajusticiado en la hoguera por hereje, se pusieron en contra del clero y de los monjes. Propugnaron la librepredicación del evangelio y sólo obedecer a los obispos en caso de concordancia con los mandatos bíblicos. En el caso de discordancias, sólo la Universidad ejercía de árbitro. Se formaron dos facciones: los utraquistas, que eran moderados, tenían el cáliz como emblema y residían en Praga y los taboritas , extremistas, que se establecieron en la ciudad de Tabor. Hubo numerosas guerras y desaparecieron definitivamente en la Batalla del Monte Blanco en 1620. Los planteamientos de Lutero eran muy parecidos a los que predicaba Jan Hus.
Nos damos un paseo por las calles de alrededor de la plaza, como la calle Celenitá, que llega hasta la Torre de la Pólvora  (Prasna brana), es decir, comunica la ciudad vieja con la nueva. Está llena de tiendas de cristal, souvenirs y chocolaterías. Seguimos caminando por el barrio trufado de un laberinto de calles y arcos, con galerías que se meten debajo de los edificios, bares, hoteles pequeños y otros importantes por su arquitectura como el Hotel Paris. Como hace fresquito paramos a tomarnos un té o un café y de paso hacemos tiempo para que abran todos los locales, tiendas, iglesias y puestos en la plaza.
A continuación vamos a visitar la Iglesia de Santa Maria de Tyn (Tynky Chram). Lo más característico de este templo es su tejado. Tiene dos torres muy peculiares que se divisan desde toda Praga ya que tienen 80 m. de altura. El templo comenzó a construirse a mediados del siglo XIV y se terminó a principios del siglo XVI.
Como ya han abierto los puestos del mercadillo nos damos una vuelta. Están asando piernas de cerdo, hacen salchichas, venden quesos, y comienzan a cocinar en una sartén muy grande un guiso de cebolla, bacón y patatas. Vicente no lo puede resistir y se almuerza una buenísima salchicha. Nosotros compramos dos cajitas en las que había un surtido de quesos de la zona.
Nos encaminamos hacia el Barrio de Josefov y nos paramos para visitar la Iglesia de San Nicolás, de estilo barroco del siglo XVIII. Ha pasado por diferentes usos e incluso de confesiones religiosas, primero estuvieron los benedictinos que tras ser expulsados fue archivo y sala de conciertos, luego fue iglesia ruso-ortodoxa y ahora husita checa.
Desde el centro de la cúpula octogonal cuelga una enorme lámpara preciosa, sus paredes están cubiertas de frescos y el órgano es espectacular. Esta tarde dan un concierto aquí.
Seguimos por la calle Pariska, núcleo del Barrio Judio Josefov. Es la calle más señorial, con las tiendas más caras, las joyerías más espectaculares y unos edificios deslumbrantes. Su origen es de finales del siglo XIX. En las calles aledañas también se pueden ver impactantes edificios.
Como hoy es sabath, las  4 sinagogas no se pueden visitar ni tampoco el Cementerio Judío que se encuentra su entrada al lado de un edificio llamado Obraoni sin, (Casa de las Ceremonias) de formas neo románicas que es como un museo de la historia de la Hermandad de la Muerte. No lo pudimos ver por dentro pero si pasamos por delante de todo ello. Por una puerta que tiene una ventanita podemos fotografiar el interior del cementerio.
Seguimos caminando hasta llegar a una plaza, la Namesti Jana Palacha con el Rudolfinum a la izquierda, palacio neo renacentista de la segunda mitad del siglo XIXdedicado a conservatorio, sede de la Filarmónica checa y sala de conciertos. Lo más característico de su exterior son las artísticas farolas doradas que hay frente a su fachada.Delante mismo nos llamó la atención una guía con un grupo de turistas que iba completamente disfrazada de señora antigua, es decir, con un traje largo de terciopelo amarillo mostaza, una chaqueta de visón y una pamela morada.
Al otro lado de la calle hay otro edificio  un poco posterior, el Umelecko-prumyslove Muzeum,  que alberga las mejores colecciones de artes aplicadas del país. Cristal de Bohemia, objetos de plata, ropas, telas , cerámica, marfiles, etc. forman parte de su contenido.
Nos metemos un poco en el Puente Manesuv, anterior al Puente Carlos, para poderlo fotografiar. Vicente se sienta en un banco a la orilla del rio mientras nosotros hacemos las fotos. Seguimos por el jardín hasta el Klementium, que hace esquina con la calle Karlova,  enorme conjunto arquitectónico formado por tres iglesias y 10 patios. En su interior hay una Biblioteca Barroca, una Torre Astronómica con observatorio, reloj e instrumentos científicos.  
Enfrente se encuentra la plaza Krizovnické Namesti, la Plaza de los Cruzados, que da acceso al Puente Carlos.  A la derecha está la Iglesia de San Francisco de los Cruzados y frente a ella una estatua de hierro de Carlos IV de 1848. A continuación está la Torre de acceso al Puente Carlos, la Starometska Mostecka vez, que formaba parte del sistema defensivo de la ciudad vieja. Justo en ese momento comenzó a tocar la trompeta desde lo alto un personaje ataviado a la usanza.
Hacemos las fotos oportunas de la entrada al puente, que está repleto de personas yendo y viniendo. Parece casi un día de Fallas en la mascletá.
El Puente Carlos es una obra de ingeniería civil de 1357 como continuación de la calle Real (hoy Karlova) para atravesar el rio Moldava. Su estructura es gótica, sustentado por 16 pilares y mide algo más de 516 metros de largo por 10 m. de ancho.
El Puente está flanqueado por 31 estatuas que se colocaron a principios del siglo XVIII. Una de ellas representa a San Vicente Ferrer.
Por todas partes se ven tenderetes que venden las más variopintas cosas, músicos, mimos, caricaturistas, etc. Lo mejor es que había uno que vendía reproducciones de casitas de Praga y me compré dos, cosa que, como ya sabéis, me hace mucha ilusión.
A la salida del Puente hay una puerta gótica con dos torres muy características.
Al otro lado del puente se encuentra el Barrio de Mala Strana, con la visión de la enorme cúpula de la otra iglesia de San Nicolás a la que se llega nada más bajar del puente por la calle Mostecka, atravesando la Malostranske namesti y llegando a la vía principal del barrio que es la calle Nerudova, de la que tomó el nombre Pablo Neruda.
Paseamos un poco pero antes de que la marabunta piense lo mismo buscamos sitio para comer. Elegimos un restaurante pequeño y muy coqueto llamado U Patrona, con recomendación de la Guía Michelín. Amparo y Paqui se pidieron un parrillada de pescado, ya que estaban un poco hartas de la carne.
A la salida pasemos por el barrio y Vicente y Luis ya estaban un poco cansados, así es que se quedaron charlando en la plaza de Malostranske  mientras el resto íbamos a ver la Iglesia de San Nicolás. Había una cola abundante y decidimos no entrar ya que los otros nos esperaban.
El Barrio de Mala Strana es muy bonito, también con palacios y edificios singulares. Paseando vamos en dirección a coger el metro de vuelta al hotel.
Amparo y Paqui se quedan viendo tiendas y el resto nos subimos a descansar. Vicente aprovecha para sacar las tarjetas de embarque para mañana y Luis viene a la habitación a repasar los documentos acreditativos que nos faltan para el crucero de esta noche. Como falta alguno por imprimir se baja a recepción a que se lo impriman.
Yo aprovecho para hacer las maletas y dejarlas organizadas para mañana.
A las seis nos vemos en el hall y nos vamos con el coche al muelle en donde hemos de embarcar para el crucero. Tenemos suerte y justo enfrente encontramos una plaza libre de minus y allí se queda el coche.
Paseamos un rato por la orilla del rio que está plagada de patos y cisnes. Desde allí se ve la colina de Letna al otro lado del rio que hasta 1962 estuvo dominada por un gigantesco monumento  escultórico de 18 m. que representaba a Stalin seguido por una manifestación de obreros. Su lugar en el pedestal lo ocupa ahora el Metronom obra de Vratislav Karel Novak que se hizo para la Exposición Universal de Checoslovaquia en 1991. Su altura es de 24,5m. y no siempre ha estado en movimiento.
A las 6.30 nos dejan subir al barco y elegimos mesa. A las 7 se pone en marcha el barco y comienza nuestro crucero. Nos sirven lo primero las bebidas. Intentamos fotografiar lo que vemos pero el reflejo de las luces y la oscuridad no dejan que salgan bien las fotos.
Hay un grupo de músicos que ameniza la travesía. Al rato ya nos podemos servir la cena que es de bufet convencional.
El rio Moldava está plagado de represas que tienen en los laterales unas esclusas para permitir la navegación. Cuando llegamos a una de ellas nos metemos y la esclusa se llena de agua para poder salvar el desnivel. Continuamos la ruta y en un punto  nos dimos la vuelta para volver a pasar por la misma esclusa que en esta ocasión se vació de agua. Pasamos un rato en la cubierta para ver bien el paisaje pero hace frio y esperamos a Vicente y a Luis que se han quedado arriba haciendo fotos.
A las 10 desembarcamos y damos una vuelta por el centro de Praga de noche que está muy bonita.
Como hoy es el santo de José Luis nos sentamos un rato en la cafetería del hotel y nos tomamos una copa en honor del homenajeado.
Nos despedimos hasta mañana.

 

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Domingo 20 de Marzo de 2011, Praga, Madrid, Valencia

 

Hoy bajamos a desayunar por libre para que cada uno se organice, ya que hay que bajar las maletas a consigna del hotel, pagar las cuentas y ver que no nos dejamos nada.
Está chispeando pequeños copitos de nieve que no llegan a cuajar. Hace bastante frío pero no tanto como el viernes por la tarde.
A las 9.30 nos vamos hacia el Castillo de Praga, el Hrad. Tenemos suerte de llegar hasta la puerta y que la plaza de minus que habíamos visto el otro día estaba vacía. Llegamos justo en el cambio de guardia. Cuando acabó entramos en los patios. En realidad no es un castillo. Es un conjunto de edificios que están sobre una colina desde la que se divisa toda la ciudad de Praga.  Está lleno de palacios e iglesias. Hasta las 12 no se puede visitar la Catedral, así es que nos vamos caminando por el recinto. Vicente se queda por el camino para descansar y nosotros llegamos hasta la puerta de abajo de salida del recinto, donde hay un mirador espectacular. Preguntamos por donde ir a la Calle del Oro y nos llevamos un despago porque está cerrada por obras de restauración. Su nombre deriva de algunos talleres de batir oro y se compone de casitas pequeñas que asemejan casitas de muñecas. En una de ellas vivió Kafka durante unos meses.
Volvemos hacia atrás y compramos entradas para ver algunos monumentos. Pretendimos que nos las dieran de seniors pero no coló.
En la Plaza de Jirske namesti  se puede contemplar el exterior de la Catedral de San Vito y varios edificios eclesiásticos. En un lateral se encuentra la Basílica de San Jorge. Tiene una fachada barroca de finales del siglo XVII, pero su interior es románico de 1142. La restauración que se le hizo fue más bien una expoliación a finales del XIX y principios del XX. Se ven algunos restos de frescos. Lo más destacable es la doble escalera del siglo XVIII que sobre una cripta sube hasta el presbiterio entre rejas de hierro forjado.
Salimos y vamos en busca de Vicente que se ha entretenido sentado en un banco al sol haciendo vídeos del ir y venir de los cientos de grupos, de hacer fotos a parejitas y a sacarle fotos a la Catedral.
Entramos en el Palacio Real, el Stary kralovsky palac, que tiene sus orígenes en el siglo XII que posteriormente fue elevándose hasta tres niveles.
Lo primero que vemos es una enorme sala con piso de madera de 62 x 16 x 13 m. Es la sala Ladislao, luego vemos la sala de la Cancillería de Bohemia. Bordeamos la sala Ladislao y por una escalinata accedemos a una tribuna desde donde puede observarse a la misma altura del órgano la Capilla de Todos los Santos. Por último visitamos la Sala de la Cancillería del Consejo Imperial con trono del siglo XIX y una enorme estufa cerámica de la época que aun funciona. Aquí juran el cargo los presidentes de la República Checa.
Para descansar de tanto ajetreo volvemos a la Plaza Jisrke y entramos en un café para reponer fuerzas.
Entramos en la enorme Catedral de San Vito y nos sobrecoge. Está repleta de gente. Las vidrieras son espectaculares y la altura del edificio es de 33 m., impensable. Es un edificio que parece que nunca se acabó de construir. Desde sus inicios  en el primer cuarto del siglo X hasta su fachada que es casi contemporánea de finales del XIX y principios del XX no han dejado de añadirle elementos.
En el centro del Crucero hay una tumba imperial del siglo XVI. Las estatuas yacentes son de Maximiliano II de Habsburgo, su padre Fernando I y su madre Ana. Está rodeada de una reja de hierro forjado también del siglo XVI.
El altar mayor es una obra neogótica de 1873. A ambos lados hay dos murales labrados en madera que parecen fotografías en relieve de la ciudad de Praga uno y el otro de la construcción de la catedral.
Rodeando la catedral hay una sucesión de capillas, a cual más bonita, aunque la más espectacular es la de San Juan de Nepomuceno con unos bustos enormes en plata de diversos santos. Llama la atención también el Oratorio Real que es una tribuna ricamente labrada en piedra del gótico tardío. Ha valido la pena la visita.
Cogemos el coche y nos vamos en busca de algún restaurante por el camino, pero no vemos nada y lo peor es que no encontramos aparcamiento adecuado. Damos unas vueltas más por el centro y nos vamos hacia el barrio del hotel. Vemos por última vez el edificio de Frank O. Gehry y de Vlado Milunic conocido como las Casa Danzante o Ginger y Fred que data  1996 y es el símbolo de la moderna Praga.
Así es que para despedirnos de Praga, aparcamos en una plaza de minus al final de la Vaclavske Namesti, salimos a comprar bocadillos de salchichas y bebidas en uno de los muchos kioscos que hay y nos los acabamos en el coche.
De ahí vamos al hotel a asearnos, a recoger las maletas y nos marchamos camino del Aeropuerto. Antes de llegar repostamos el coche.
Lo primero que hacemos es devolver el coche, vaciándolo de todas las maletas y bolsos.
De ahí nos vamos andando a la terminal. Todavía no han abierto la ventanilla de facturación y esperamos sentados. Luis se dedica a hacer las cuentas, ya que ha hecho de cajero durante el viaje. Nos da a cada una 200 “pelotos” para que nos gastemos  lo que ha sobrado.
Una vez facturamos nos sentamos en la puerta de embarque y nosotras nos recorremos todas las tiendas del aeropuerto buscando en que nos podemos gastar semejante fortuna que no llega a los 9 €. Ya nos han avisado de que el avión lleva un poco de retraso.
Media hora más tarde de la hora prevista embarcamos y como es Iberia, no nos dan nada si no es previo pago a precios abusivos. Nosotros por si acaso nos tomamos el único sándwich apetecible del menú y una bebida. Al llegar a Madrid nos han cambiado la puerta del siguiente vuelo y nos toca correr mucho para coger el tren que nos lleva a la otra terminal y justo en el extremo contrario está la puerta de embarque a Valencia. Al llegar, justo en el límite de tiempo de embarque, nos dicen que hay retraso. Al rato nos cuentan otra milonga, que una cuba tiene que cruzar la pista para vaciar de combustible el avión y no le dan permiso por el tráfico, y el tiempo pasando. A la 1 de la madrugada, con 1 hora y media de demora, los empleados de Iberia se van porque dicen que ya se le ha acabado el turno. El cabreo es general porque estamos solos en toda la terminal con la única posibilidad de beber sacando bebidas de la máquina o rosquilletas o chocolates de otra ya que todo está cerrado a esas horas. Pero claro, la mayoría llegamos del extranjero (Rusia, Austria, Alemania, Chequia, etc.) y no llevamos tantas monedas españolas para poder sacar los productos. Encima la máquina de alimentos se queda con las monedas y no funciona el suministro, con lo que nos quedamos sin monedas y sin comida. El ambiente se va caldeando. Al cabo de mucho rato aparecen dos de Iberia y la gente se subleva porque ellos no saben nada de la causa del retraso. Entonces llaman a la Guardia Civil para que no se soliviante más la cosa. Exigimos hojas de reclamación y tras esperar aparecen. Cuando faltan solo 10 minutos para que se cumplan las tres horas de espera nos embarcan de prisa y corriendo. Lo hacen para no excederse de las tres horas que es cuando nos tienen que indemnizar. Lo que ha pasado es que por lo visto había más peticiones para ese vuelo de lo habitual y tuvieron que cambiar de avión, poniendo uno más grande con el consiguiente cambio de tripulación y atenerse a los temas de horarios de ellos.
Lo mejor de esta demora es que me he encontrado con una compañera del colegio a la que no veía desde hace por lo menos 30 años.
En fin a las 3.30 de la madrugada recogimos las maletas en Valencia y con un taxi nos volvimos a casa. Lo primero que hicimos fue asaltar la nevera a las 4 de la mañana.
Es una pena que un incidente de esa índole fastidie el final de un viaje estupendo, y divertido. Ahora empezamos saborear todo lo vivido.
Hasta el próximo.

 

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Bibliografía

República Checa. Guía Total
Editorial Grupo Anaya, Madrid, 2009
Anaya Touring Club
339 págs.

Praga. Guía de grandes ciudades europeas
Editorial Planeta Agostini, 2003, 192 págs.

Agencia de Turismo Checa

Todos los folletos, planos, recortes de periódico y mapas que han caído en mis manos y la siempre estimable ayuda de Internet.

 

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© 2011 Textos: Dulce Ballester. © 2011 Fotos: Vicente Bono. v.1.1